La Unión Astrofísica Internacional (IAU) bautizó hace un año con el nombre de "10689 PinillaAlonso" a un asteroide, que ya es la huella en el firmamento de esta asturiana que no duda en resaltar sus orígenes y que no descarta regresar a España. No obstante, afronta importantes retos inmediatos, como su participación en el James Webb Space Telescope, el que será el mayor telescopio espacial (orbitará alrededor de la Tierra) y que será el sucesor científico del observatorio espacial "Hubble", mejorando su resolución y resultados. Pero que un asteroide lleve su nombre es una guinda a su trayectoria investigadora. La astrofísica asturiana ha analizado numerosos cuerpos celestes en las órbitas más alejadas del Sol. Por ejemplo, participó en la investigación científica que permitió desvelar los secretos del planeta enano Makemake, situado en los confines del Sistema Solar. La especialidad de Noemí Pinilla-Alonso está en los objetos pequeños que orbitan alrededor de nuestra estrella y que pudieron haber sido protagonistas a la hora de aportar agua y materia orgánica a la Tierra, claves para la aparición de la vida. También participó, por ejemplo, en la caracterización del asteroide Bennu, hacia el que la NASA envió la sonda "Osiris-Rex" con el objetivo de encontrar pistas sobre la formación del sistema solar. Noemí Pinilla-Alonso cuenta con un impresionante currículum académico que la coloca en la primera línea de la investigación espacial.