"El tiempo está raro". ¿Cuántas veces se habrá escuchado esta frase en los últimos años en Asturias? Como esa de "ya no llueve como antes", en referencia a aquellos otoños e inviernos en los que se encadenaban semanas y semanas de orbayo. Aquel tiempo en el que se distinguían perfectamente las cuatro estaciones del año, y no como ahora, que en primavera y en otoño se va mal vestido o mal calzado porque nunca se acierta con el tiempo que va a hacer. Era cuando no se sufrían diluvios de tormentona de verano ni sequías que teñían de amarillo los siempre verdes "praos" asturianos.
Ahora sí. Ahora pasa todo eso. Diluvió esta misma semana provocando importantes inundaciones en el centro de Asturias. Y el año pasado el Principado sufrió una severa sequía como no se recordaba. Según los expertos, es el ejemplo más palpable de que el cambio climático es una realidad.
La Organización Meteorológica Mundial ya ha advertido de que las inundaciones, las olas de calor y otros eventos de tiempo meteorológico extremo seguirán probablemente aumentando debido al cambio climático, que aumenta a ritmo acelerado.
Ángel Gómez Peláez, responsable de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Asturias, explicó que "no es posible achacar un evento extremo concreto al cambio climático, que simplemente aumenta la probabilidad de que estos eventos extremos ocurran, en mayor medida cuanto más avance dicho cambio climático". Pero añadió que "la mayor frecuencia de eventos extremos sí es achacable al cambio climático". Dicho de otro modo, "el cambio climático, lo que hace, es cambiar el clima a lo largo de decenios".
El delegado de Meteorología puso un ejemplo: "desde 2011 ha habido en España cuatro años extremadamente cálidos, más que cualquiera de los años del periodo de referencia 1981-2010.
Ricardo Anadón, profesor emérito de Ecología de la Universidad de Oviedo y uno de los científicos españoles que más datos ha aportado al conocimiento el cambio climático, lleva advirtiendo desde hace años que con el paso del tiempo lloverá menos pero lo hará de manera torrencial y muy focalizada; habrá sequía; fuertes rachas de viento, y un incremento de la temperaturas que favorecerá la llegada de nuevas especies y plagas, como el mosquito tigre. ¿Le suena todo esto a hechos recientes?
