La asturiana Olga Gago participó en la restauración del Pórtico de la Gloria, la monumental portada románica de la catedral de Santiago de Compostela. Gago estuvo una década trabajando en el Chao Samartín.
- ¿Intimida enfrentarse a una obra tan relevante del patrimonio español?
-Sin duda el grado de responsabilidad es máximo, quizás ésa era la parte más dura, pero de eso se trata, de seguir aprendiendo y mejorando día a día, no se me ocurre mejor manera que una obra de este nivel de exigencia, donde no se puede fallar, donde tienes miles de ojos sobre cada milímetro que tocas y donde todo lo que aportas es analizado científicamente.
- Usted trabajó en el Chao Samartín. ¿Es muy diferente trabajar sobre pinturas de dos épocas tan distantes?
-Pues yo le diría que hay algo común a ambos, de hecho yo trabajando allí hubo situaciones que me recordaban sensaciones vividas en el Chao, quizá la riqueza material del Chao, la sensación constante de sorpresa diaria.
- Está desarrollando su tesis doctoral sobre las pinturas del Chao, ¿cómo va esa investigación? ¿Cuándo podrá defenderla?
-Pues es éste un tema complejo, lo curioso es que yo sigo avanzando en la investigación contra todo pronostico, este año en el tribunal (todos los años tengo que presentar el avance de mis investigaciones) me dijeron que las dificultades me estaban haciendo crecer como investigador. Defenderla ya es otra historia, para ello necesitaría completar el material gráfico, una tesis es una cosa muy seria y en el caso del Chao más aún, yo estoy trabajando con hipótesis muy novedosas que varían la concepción que hasta ahora se tenía de la calidad de la pintura del Noroeste, no basta con mis estudios, mis argumentos los tengo que demostrar con fotografías y gráficos actualizados del material. Este campo ha evolucionado, antes te pedían dibujos de los materiales, ahora te exigen fotografías; mientras estuve allí todos los esfuerzos se centraron en el dibujo, es por eso por lo que no tengo fotografiado todo el material, además de porque nunca imaginé que no iba a poder acceder al mismo.
- ¿Qué opinión le merece el proyecto de intervención sobre el Chao Samartín que promueven el Ayuntamiento de Grandas de Salime y el Principado?
-Después de trabajar en un proyecto como el que le acabo de explicar, imagínese, para mí esto es el Pleistoceno de la restauración: encajar un proyecto prototípico de arquitectura civil y pretender calzarlo a un yacimiento arqueológico ignorando todos los estudios previos para mí es la antítesis del Pórtico de la Gloria. En el caso del Chao Samartín es especialmente aberrante porque se dispone de años de estudio, es quizás uno de los yacimientos asturianos mejor estudiados.
- ¿Sus próximos proyectos?
-En septiembre me incorporo al Getty Conservation Institute, voy a trabajar en la otra faceta de la restauración; la investigación, me siento privilegiada.
- Primero fue el Ecce-Homo de Borja y ahora el San Miguel de Estella, ¿cómo es posible que aún se permitan intervenciones tan dañinas?
-Es un problema de base, no se ha recibido formación en este ámbito, y en el caso de los lugares de culto es aún más complejo porque no se trata de meras obras de arte, son objetos de culto en uso, hay que buscar una conciliación entre ambas facetas, de eso versa concretamente mi proyecto en Los Ángeles.
- En la actualidad están restaurando las pinturas prerrománicas de San Miguel de Lillo, ¿qué opinión le merece?
-De este proyecto destacaría el hecho de que se haya optado por un equipo reducido y con un mayor plazo de intervención, creo que las intervenciones milagro, como las dietas, a la larga sólo traen contraindicaciones.
- ¿Una prioridad para Asturias en su ámbito?
-La conservación preventiva, el mantenimiento del patrimonio que ha sido intervenido, porque si no todo el esfuerzo realizado ha sido en vano. Pues yo le diría que el Chao Samartín, pero desde la responsabilidad.
