El "pacto del Narcea", que garantiza el suministro de agua al centro de Asturias, permite liberar 60 millones de euros que Cadasa había depositado en el Banco de Sabadell para construir el embalse de Caleao. Desechada esa infraestructura, por innecesaria, gracias al acuerdo entre Cadasa y Arcelor Mittal para compartir el agua del Narcea, ese dinero ayudará a "refundar" Cadasa, para que se dedique, también, al suministro en baja; esto es, a gestionar redes municipales y distribuir agua a los domicilios particulares, y no solo abastecer a los ayuntamientos y a las grandes industrias como hasta ahora.
Los 60 millones reservados para Caleao permitirán al Consorcio de Aguas de Asturias "reinventarse" y hacerse cargo del ciclo integral del agua, ofreciendo a los ayuntamientos todos los servicios: potabilización, distribución, abastecimiento y depuración, tal y como anunció hace un mes el consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra. Cadasa, integrado por 29 ayuntamientos de la zona central y noroccidental de Asturias quiere extenderse e incorporar al Suroccidente y al Oriente para ser un dispositivo de dimensión regional, e incluso aprovechar su red para producir energía (en colaboración con la fundación Asturiana de la Energía, FAIN) y, como parte de la economía circular, identificar la huella hídrica (indicador del uso de agua dulce).
Proyecto estrella
El origen de los 60 millones depositados en el Sabadell se remonta al 24 de marzo de 2000, cuando Cadasa aprobó un plan de inversiones, en el que figuraba como proyecto "estrella" el embalse de Caleao. El consorcio fue depositando los excedentes de recaudación en el banco, con la idea de ir acometiendo las inversiones, hasta el año 2014.
De aquel plan quedaron cuatro proyectos sin ejecutar: la presa y embalse de Caleao, la ampliación de la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de Rioseco, la conexión entre los dispositivos de abastecimiento de agua del alto Nalón y Oviedo y la conexión de los sistemas de abastecimiento del valle del Caudal con la red general de la zona central. De ahí que se haya generado un remanente de 60 millones, que el Principado quiere ahora "rescatar".
El problema principal es que el dinero es finalista: está destinado a financiar obras de construcción, ampliación o mejora de la red de Cadasa. Pero al quedar desechadas las obras para las que se había reservado, Cadasa puede disponer del dinero para su "refundación", con los únicos límites que marquen la Ley de Estabilidad Presupuestaria y los estatutos del consorcio.
El primer paso para la "refundación" de Cadasa será asumir la gestión en baja, algo que ya han solicitado formalmente cinco ayuntamientos, Gozón, Navia, Noreña, San Martín del Rey Aurelio y Siero. La junta de Gobierno de Cadasa acordó el pasado 8 de mayo crear una comisión técnica que analizará la viabilidad técnica y económica de la gestión en baja en esos cinco ayuntamientos y en todos aquellos que quieran incorporarse.
El consorcio, encargado desde 1967 del suministro y saneamiento del recurso en alta -la gestión del agua hasta los depósitos municipales-, estudia actualmente las opciones legales, financieras y organizativas de que dispone la entidad para incluir dentro de sus funciones la gestión "a nivel micro"; es decir, "hasta el grifo de casa".
El objetivo del Principado es que en el futuro Cadasa ofreca a los ayuntamientos consorciados la gestión del ciclo integral de agua, y "avanzar hacia un modelo supramunicipal en el que el uso compartido de recursos y las economías de escala permitan a las entidades colaboradoras ahorrar y prestar el servicio con mayores garantías", según los dirigentes autonómicos.
