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La guía secreta de Asturias

Aventura en el bosque encantado

El monumento natural de As Covas de Andía, en El Franco, ofrece al viajero un curioso paisaje esculpido por la naturaleza y la explotación minera de los romanos

Viajar con imaginación y con ganas de saber siempre enriquece la aventura de conocer y disfrutar nuevos lugares de Asturias, que, sin duda, nunca nos dejan de sorprender. Algo así se siente cuando en el concejo de El Franco se opta por realizar una de sus rutas más mágicas, la de As Covas de Andía, y, además, contando para ello con una guía de lujo como es Esperanza Álvarez. Nadie como ella para transmitir la emoción de recorrer este lugar tan curioso y tan único, que, además del trabajo de la naturaleza en sí, debe también buena parte de sus curiosas formas a la explotación minera de los romanos, siempre a la búsqueda del codiciado oro.

Todo el caprichoso y seductor relieve de este lugar, donde la roca se funde con un bosque precioso e intenso, se debe a que durante los siglos I y II d. C. fue una explotación a cielo abierto con cortados de un centenar de metros de desnivel causados por la forma de extraer el oro, es decir, mediante la corta minera que seccionó las galerías naturales con técnicas combinadas de agua y fuego. Esta actividad extractiva y el paso del tiempo fueron a su vez moldeando este lugar, hoy lleno de enormes oquedades junto con cuevas y galerías que dan a entender que hubo, igualmente, una exploración subterránea.

Entrar en este lugar es entrar en una aventura donde el asombro ante lo que se descubre invita a imaginar, cuando menos, a algunos de nuestros seres mitológicos espiando nuestros pasos en un terreno donde mandan la cuarcita y la pizarra. Llama poderosamente la atención todo ese curioso esqueleto de calizas con vetas marmóreas que, según la luz que sobre ellas cae, pintan de uno u otro color cuanto llega a nuestra mirada. Y todo ello sin olvidar la madera sobre la piedra, las escaleras y las cuerdas o las oquedades, tras las cuales avanza una ruta mágica y diferente donde de nuevo el bosque, combinado con la piedra, va ofreciendo al viajero una experiencia diferente. Eso sí, estos días y con tanta lluvia caída, la humedad está muy presente y hay alguna que otra zona más embarrada que precisa, además de ir con cuidado y mirando dónde se pisa, el uso de calzado adecuado a este entorno.

Hay que seguir siempre las indicaciones y recomendaciones de la guía, Esperanza Álvarez, pues es la mejor forma de descubrir este lugar siguiendo esta ruta calificada con un grado de dificultad medio.

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