Lograr que dos de cada tres consultas médicas que implican a diferentes centros sanitarios se resuelvan sin que el paciente tenga que desplazarse al hospital es ya un hecho en Asturias. Eso prueban los resultados de la "consulta virtual colaborativa", un programa piloto de cooperación entre profesionales de atención primaria y especializada ensayado por la Consejería de Sanidad en el Principado desde enero del pasado año y cuyos resultados fueron hechos públicos ayer.

"Las relaciones entre médicos siempre han existido, antes el sistema tradicional era la llamada telefónica, pero el nuevo modelo agiliza los procesos, mejora la accesibilidad (de los pacientes) y favorece la cohesión y el trabajo en equipo", aseguró Luis Hevia, gerente del área sanitaria IV. Así, este proceder, que implica "un compromiso de respuesta en un máximo de 48 horas", fue probado en el servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y en el centro de salud de Otero, en Oviedo, con resultados "satisfactorios", contó Hevia. Y es que sólo el 36% de los pacientes participantes tuvieron que ser derivados a una consulta presencial con un especialista.

Se trata de un programa "que aprovecha las herramientas informáticas disponibles y el alto grado de digitalización actual para favorecer la atención", afirmó Luis Escotet, jefe técnico del proyecto. En una segunda fase, el sistema, que ya ha sido implantado con éxito en otras comunidades autónomas, será extendido a más especialidades y áreas sanitarias del Principado e incluirá videoconferencias entre profesionales en tiempo real. Escotet pone como ejemplo el desarrollo de la "telecardiología", para atender "una patología prevalente en la que el tiempo es oro".

A través del historial clínico, los médicos pueden resolver procesos sin que el paciente esté presente, de forma que este "obtiene una respuesta precoz y evita desplazamientos innecesarios o visitas al centro sanitario", explicó Concepción Saavedra, directora general de Planificación Sanitaria. Algo que, según Hevia, "podría beneficiar a personas con problemas de movilidad o con deterioro cognitivo de mayor edad, en especial en Asturias, que cuenta con una población tan dispersa". Pero el que quizás sea el efecto más visible es para Saavedra "la reducción de los tiempos en las listas de espera".