Por unanimidad. Así salía adelante la declaración institucional del Pleno de Gijón en rechazo a la "agresión fascista" sufrida por PSOE y Podemos en sus sedes locales, que como ocurrió en otras ciudades asturianas y en sedes de otros partidos y sindicatos vieron amanecer el 18 de julio llenas de carteles con retratos de Franco y José Antonio Primo de Rivera junto al lema "El valle no se toca". Pero la unanimidad no fue tal. Del PP sólo levantó la mano el portavoz del Grupo Municipal, Pablo González. No había más. Sus compañeros Sofía Cosmen y Manuel del Castillo abandonaron sus asientos en cuanto el Secretario General empezó a leer un texto pactado por los portavoces de los seis grupos -Foro, PSOE, Xixón Si Puede, PP, IU y Ciudadanos- con menciones "al golpe de estado franquista del 18 de julio de 1936 contra la legitimidad democrática de la II República" y la presencia del "dictador Franco en el Valle de los Caídos".

Menciones a Franco y el franquismo que no aparecían en el texto que el PP había presentado como alternativa a uno inicial de Xixón Sí Puede y que fueron motivo de comentarios negativos por parte de Cosmen y Del Castillo en los pasillos durante el receso impuesto por la alcaldesa, la forista Carmen Moriyón, para que los portavoces pudieran tener una reunión en la que consensuar la declaración tras un ir y venir de papeles. En esa negociación final se dio el visto bueno a incorporar dos elementos de la propuesta popular: la mención a ataques a sedes del PP y Ciudadanos y el rechazo a las "agresiones políticas de todo tipo y origen". Las referencias al hecho histórico del 18 de julio y la situación del Valle de los Caídos -reivindicación que aparecía en los carteles- fueron asumidas por los portavoces.

No por los dos ediles del PP que optaron por salir del Pleno. Ellos sólo estaban dispuestos a votar el texto íntegro del PP aunque, horas después del incidente, la versión oficial quitaba hierro al asunto y hablaba de un pacto entre los tres ediles. Uno se quedaría para apoyar ese rechazo al ataque violento y dos se iban como reproche al procedimiento seguido en la elaboración de la declaración institucional. A esas alturas ya nadie se acordaba de que, unas horas antes en el mismo salón, el único edil de Ciudadanos exigió a una concejal de Xixón Sí Puede que retirase su comentario igualando a la formación naranja "con un partido de la extrema derecha, de los del águila".