"Nunca pasamos tanto miedo en la vida". La frase es de un vecino de Cangas del Narcea que ayer, aún con el miedo en el cuerpo, recordaba la explosión de voladores que se produjo en el Prao del Molín pasada la medianoche del sábado. El barrio de Ambasaguas, fue el lugar elegido por muchos cangueses para disfrutar de la que iba a ser la última gran tirada nocturna de las peñas de la pólvora de las fiestas del Carmen y la Magdalena, sin embargo, la visión no iba a ser todo lo agradable que se esperaba y tras el desconcierto de la explosión llegaron las carreras para saber si familiares y amigos estaban bien.

Integrantes de la Sociedad de Artesanos, la asociación encargada del disparo de la Descarga del 16 de julio y por lo tanto buenos conocedores del funcionamiento de la pólvora y las tiradas, fueron algunos de los que estaban en el barrio de Ambasaguas para ver las tiradas de las peñas de cerca y por lo tanto fueron también testigos directos de la deflagración. "Fue increíble, no nos pasó nada a ninguno, ni un rasguño", acertaba a decir Juan Fernández. Todos coincidían en destacar lo impresionante que había sido el momento y la fuerza de la onda expansiva.

Desde el parque de los Nogales, un punto desde el que muchos miembros de peñas tiran a mano, también se sintió con fuerza la explosión, por su cercanía. "Era antes de las doce y ya estaban tirando y de pronto comenzaron a salir voladores del Prao del Molín, pensé que no era normal y cuando iba dirección de la carpa ya vi que salió todo volando, en ese momento todo el mundo intentó refugiarse bajo la carpa", cuenta un testigo de lo sucedido.

"Me caía la casa"

Desde dentro de las viviendas más próximas, los vecinos cangueses también pasaron momentos de angustia. "Pensé que me caía la casa encima, vi los cristales de la ventana caer a mi lado y por suerte ninguno me alcanzó", relata Belarmino Díaz. Una situación similar vivió María Menéndez. Ella ya estaba en la cama y en el momento de la explosión se llevó un gran susto. "Se notó mucho, la casa se movió y por un momento pensé que se me caía encima", aseguró esta vecina de la calle Mayor.

Otro vecino Joaquín Rodríguez ni siquiera estaba pendiente de cuándo era la tirada. Estaba en su casa y de pronto asegura que "vi venir un aire, como una ventolera, y me reventó la ventana".

Muchas de las personas que veían desde las ventanas de sus casas el disparo pirotécnico notaron como la onda les empujó con violencia hacia el interior de sus casas. Incluso a kilómetros de distancia se dejó oír el estruendo.