Fueron muchos los gijoneses que trataron de aplacar las altas temperaturas de ayer con un buen chapuzón en la playa de San Lorenzo, pero solo los más madrugadores lograron su cometido, ya que tanto en el centro de la playa como en la zona del Piles empezaron a ondear a partir del mediodía las banderas rojas. El izado, que coincidió con la aparición de espuma y manchas marrones en la costa, hizo que muchos pensasen que el arenal podría haber sufrido un nuevo vertido. El equipo de Salvamento, no obstante, aseguró que la prohibición del baño se debió solo a las fuertes corrientes.

Los bañistas tuvieron que conformarse con quedarse en la arena durante el resto del día con la única excepción de la zona centro del arenal, que volvió a permitir la entrada al agua a alrededor de las 19.00 horas. Aunque en un principio parece que el cierre de las playas se debió únicamente a las fuertes corrientes marinas y el oleaje que rompía muy cerca de la costa, las imágenes del agua enturbiada -que se podían ver en toda la costa pero con más intensidad en la desembocadura del Piles-provocaron un nuevo revuelo entre los usuarios, muchos de ellos temerosos con el estado del arenal este verano. El estado del agua se vio de forma más clara en las zonas del litoral entre la playa de Peñarrubia y el Cervigón que, al igual que la de este sábado, mostraba ayer una mancha marrón con espuma que se fue desplazando en dirección al Club de Regatas.

La preocupación por el estado del arenal comenzó en mayo, cuando varios bañistas detectaron un fuerte olor a aguas fecales en el agua. Desde entonces, el Consistorio ha dado la orden de prohibir el baño ante la aparición de cualquier mancha sospechosa. En lo que va de verano ya han sido varios los días en los que accidentales vertidos o las rápidas corrientes estropean un día de sol.