Susto mayúsculo en el avión que ayer por la noche cubría la ruta Barcelona-Asturias, operado por la compañía Vueling (número de vuelo VLG/VY1571).

Con salida a las diez (22.00 horas), el aparato, en el que viajaban unas 180 personas, sufrió una fuerte e inesperada interrupción del despegue en plena pista del aeropuerto de El Prat. Todo a causa de un halcón que se incrustó en sus turbinas mientras el avión aceleraba por la pista para iniciar la maniobra, lo que forzó al aeroplano a frenar en seco de forma brusca "durante unos diez segundos", según los pasajeros.

Testigos presentes en su interior, como el avilesino Miguel Gutiérrez, de viaje de ocio en la ciudad condal, hablan de momentos "de terrible pánico entre la gente, con gritos y fuerte angustia", pues alguno incluso aseguró haber visto "chispazos y humo" en el motor en el momento del impacto. Otros pasajeros afirmaban incluso que el choque tuvo lugar "en un momento en que el aparato había levantado ligeramente el morro". El avión (un Airbus 320) ya había recorrido unos 300 metros, cuando "se escuchó un fuerte ruido de golpe", relata Gutiérrez, tras lo que el aparato "pegó un fuerte frenazo que se prolongó durante varios segundos que se hicieron eternos. Daba la impresión que nos íbamos a salir de la pista, y el avión debió de quedar muy cerca de ello", cuenta el avilesino aún dentro del avión.

Otros testigos presenciales son más rotundos: "Pensé que nos matábamos; había que ver la cara de miedo de las azafatas. Tuve que ir corriendo al baño a vomitar", cuenta en un audio, llorosa, una joven desde dentro del vuelo. Aunque hay quien sostiene que "la situación, aparte del miedo vivido, estuvo controlada en todo momento". Afortunadamente, nadie resultó herido, más allá del fuerte sobresalto y los nervios del momento, aunque eran abundantes las quejas por mareo, náuseas y fuertes dolores cervicales.

Tras el frenazo, el avión fue apartado a uno de los laterales (boxes) de la pista, "rodeados de técnicos de mantenimiento con chalecos y trabajadores del aeropuerto", aunque con los pasajeros en el interior.

A las doce menos cuarto, según Gutiérrez, les acercaron una escalera y fueron transferidos a otra aeronave. Al cierre de esta edición, los 180 viajeros del vuelo continuaban pendientes del despegue en ese otro avión.