Las olas de calor, en España y también en Asturias, se están volviendo recurrentes. En agosto del pasado año, la última ola de calor que afectó significativamente a Asturias dejó temperaturas de 36 grados en la región. Fue entre el 20 y el 22 de agosto. Unos días antes, del 2 al 6 de agosto, los termómetros asturianos llegaron a los 34 grados.
En el año 2016 tuvo lugar el mayor sofoco asturiano en los últimos años. Del 17 al 20 de julio se produjo una situación muy poco habitual en el Principado, con temperaturas muy altas en todo el territorio y en algunos puntos por encima de los 38 grados. En Mieres, nada menos que 38,5; en Ronzón, 38,1, y en varios otros lugares, entre ellos Tineo y Piloña se superaron los 37.
Sahara en la capital
Muchos asturianos recuerdan -y no agradablemente- aquellas jornadas casi saharianas, entre ellos los ovetenses porque en la capital asturiana se llegó a una temperatura máxima de 36,8 grados. Hacía mucho tiempo que no se alcanzaban esos calores, más pegajosos en territorio urbano.
Cuatro años antes, en 2012, la meteorología volvió a romper la lógica del tiempo en Asturias. Fue entre el 8 y el 11 de agosto, cuando en la estación de Soto de la Barca (Tineo) se alcanzaron los 38 grados, y en Aller y Somiedo se superaron ampliamente los 37. Son estos tres últimos concejos donde las temperaturas máximas en Asturias se vuelven más extremas.
La mayor ola de calor en España desde 1975 tuvo una duración inusitada, 26 días. Transcurrió entre el 27 de junio y el 22 de julio, con temperaturas máximas en casi toda España por encima de los 40 grados, y en muchas latitudes superando los 45. Por fortuna Asturias se libró de aquel calorazo exagerado.
Tres estaciones
Definir una ola de calor no es sencillo en términos técnicos. Como mínimo tienen que ser tres días consecutivos de temperaturas fuera de lo común. En España hay 131 estaciones de referencia (tres en Asturias, Oviedo, Aeropuerto y Taramundi), repartidas uniformemente en todo el territorio.
Para que una ola de calor pueda ser considerada como tal se requiere que al menos el diez por ciento de esas estaciones registren máximas por encima del percentil del 95% durante un periodo de treinta años. Percentil 95% quiere decir que las temperaturas son superiores a las del 95 por ciento de los días estudiados.
