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Los empresarios exigen erradicar los chiringuitos ilegales de las orillas del Sella

La Asociación de Turismo Activo de Asturias denuncia la "ínfima calidad" de las "chabolas", en las que se ofrecen comida y bebida "sin control sanitario"

Un grupo de usuarios de canoas turísticas, ayer, a la altura de Bode, en Parres. EMILIO G. CEA

Eliminar los chiringuitos que proliferan alrededor del río Sella es el objetivo del grupo de empresarios que se ha integrado en la Asociación de Turismo Activo y Albergues de Asturias (Ataya). Consideran que las "chabolas" que carecen de cualquier "control higiénico" están perjudicando la imagen del río, en el que florece el negocio del alquiler de canoas turísticas. Y señalan como responsables de esta situación, perjudicial para el turismo asturiano, a los políticos, que pese a las continuas denuncias lanzadas en los últimos años, no se deciden a controlar estas "instalaciones de ínfima calidad, que "incumplen las condiciones obligatorias de Sanidad, de prevención de riesgos laborales, de Inspección de Trabajo y de la Agencia Tributaria".

Los empresarios de Ataya, con su presidente, Julio Bobes, a la cabeza, acusan a los dirigentes políticos de preocuparse únicamente por "salir en la foto, sin hacer nada para proteger el Sella" y, en especial, de los "chiringuitos de río, situados en las riberas sin ningún control y ningún requisito", en los que se ofrece comida y bebida sin control sanitario alguno.

Aseguran que los alcaldes de la comarca, con la única excepción de la de Ribadesella, Charo Fernández Román, conceden licencias para abrir en el entorno del río Sella "no se sabe qué" y después, "se desentienden". Pero también critican que no existan otros controles: por el río "no aparece ningún inspector laboral, ni fiscal, ni la Policía Local, ni la Guardia Civil. Por allí, no aparece nadie. Porque si aparecieran los tendrían que cerrar al instante", señaló el vicepresidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), José Luis Almeida, en un artículo de opinión publicado el sábado en este periódico.

Los empresarios se preguntan cómo es posible que Sanidad "no revise mínimamente estos chiringuitos, que sirven alimentos sin ningún tipo de control higiénico, que no tienen cámaras frigoríficas, ni suelo, ni lugar donde vestirse el personal". Y lanzan una severa queja en forma de pregunta: "¿Cómo se puede ser tan celoso ante los negocios instalados de forma estable y que no se controlen estos montajes tan ínfimos?"

Porque a su juicio la falta de control supone en la práctica "validar esos chiringuitos" y con ello "aceptar y permitir una actividad económica oscura y muy probablemente fraudulenta". Ataya lamenta la imagen que se ofrece a los turistas cuando comprueban cómo se "estropean las márgenes del Sella con chabolas" y al ver que el reclamo publicitario es "a través de música amplificada sin licencia y megáfono en mano a la orilla del río".

Los empresarios apelan a la responsabilidad de los políticos y exigen que se ataje "con decisión" y "de una vez por todas" este problema y que Asturias confirme su apuesta por la calidad en todos sus productos y actividades, más allá de las palabras. El objetivo es que los visitantes comprueben que el servicio que se les ofrece en el Sella es "de calidad".

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