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"Enredadera", máster para amañar concursos

La UDEF identifica hasta nueve prácticas fraudulentas con las que la red que trató de entrar en Asturias lograba las licitaciones

Intervenir en los pliegos antes de su redacción, incluir cláusulas restrictivas, fragmentar el contrato para adjudicárselo directamente o, cuando todo fallaba, convencer a la empresa que había ganado de que se retirar y los subcontratara a ellos. La Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) identifica en el sumario de la operación "Enredadera", la trama corrupta dedicada en especial a contratos de Seguridad que operaba en toda España e intentó entrar en Asturias, hasta nueve prácticas de las desarrolladas por José Luis Ulibarri y Ángel Luis García Martín, "el Patatero", cabecillas del entramado, y su equipo.

Antelación. La primera posibilidad de amaño consistía en obtener los pliegos de prescripciones administrativas o el de las técnicas con anterioridad a su publicación, para poder adelantarse a la competencia.

Gestación. En la fase de gestación del concurso, se trataba de interferir, hasta de tres maneras. Una era elaborar directamente los pliegos y conseguir que estos fueran los que se aprobaran. Otra, introducir cláusulas en los mismos que limitaran la libre concurrencia. La última, introducir en los criterios de adjudicación mejoras o baremos en aspectos concretos de cara a favorecer la oferta que presentarían en un futuro y lograr la máxima puntuación.

Puntuación. La forma de influir en la fase de puntuación, señala la UDEF, era mediante "la compra de voluntades" de responsables políticos o técnicos integrantes de la mesa de contratación.

Fraccionamiento. Otro sistema era conseguir un fraccionamiento, de forma que se limitara la concurrencia y se les pudiera conceder directamente.

Adjudicación directa. También pretendían colar su sistema (Gespol) a precio muy bajo y, después, para su mantenimiento, pactaban precios arbitrarios y eran negociados sin publicidad por los derechos de la propiedad intelectual del producto.

Sin contrato. Realizar prestaciones sin contrato que luego se legalizaban por adjudicación directa era otra forma de lograr los contratos.

Aforadores. También medían tráfico en puntos concretos y luego emitían un informe previo, partiendo así con una gran ventaja frente a otros competidores.

Tres ofertas. En contratos menores, simulaban que había tres ofertas de tres licitadores distintos para lograr el contrato.

Si todo falla. En última instancia, llegaron a intentar convencer a los vencedores de un contrato de que se retiraran con la promesa de subcontratarles luego.

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