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El frente cálido se va y vuelven la lluvia y las tormentas

Fabada a 43º, sólo para valientes

El Suroccidente arde en la jornada de más calor de la ola sahariana, pero en los restaurantes la temperatura se dispara: "Cuantas más calorías, menos sudas", proclaman los cangueses

Fabada y pote a 43º

Fabada y pote a 43º

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Fabada y pote a 43º Cangas del Narcea, Andrés ILLESCAS

Asturias sabe muy bien, y a eso es imposible renunciar, incluso cuando el termómetro alcanza los 43 grados al sol, como sucedió ayer en Cangas del Narcea, punto álgido de la ola de calor en Asturias. En un pequeño chigre del pueblo de Mestas todos querían pote o fabada, obviando el calor para disfrutar de tales manjares, incluso quienes después iban a acudir a un funeral. "Cuantas más calorías le metes al cuerpo, menos sudas", argumenta Alberto Fuertes. "Calor y pote de berzas combinan muy bien, ho", responde Alipio Rodríguez desde la mesa aledaña. Mientras, en la cocina no solo se cuecen las legumbres, también la cocinera. "Habrá aquí cincuenta grados por lo menos", lamenta Geli Aller mientras prepara pote de berzas "para cuarenta", costillas y parrochas. "Es lo que hay, hay que trabajar", añade.

La misma frase se repetía una y otra vez entre los profesionales que tuvieron que enfrentar el tremendo calor vivido a la orilla del Narcea (con temperaturas máximas de 34 grados a la sombra) . A mediodía, camareros, cocineros e incluso los que asfaltaban la carretera a pleno sol exclamaban: "Vamos morir, pero hay que llevar el pan a casa".

Por la calle apenas se veía un alma. Tampoco en las terrazas. La gente se concentraba en el interiores, bien resguardados de los 43 grados que marcaba el termómetro en el centro de la villa. Después de la comida los valientes de la fabada se retiraron a "echar un pigazu"y los que habían optado por un almuerzo más ligero aprovechaban tanto las pozas, como la presa del río para refrescarse. Familias con abuelas, padres y niños se mostraban encantados con la semana de calor que les ha dado opción de disfrutar del chapuzón. "Nos alegramos mucho de que haga buen tiempo, aquí se está muy bien con la brisa que entra por el río. En todo el verano, solo los últimos días pudimos venir a bañarnos", comentan Eugenia Fontanilla y María Elena Menéndez tumbadas tranquilamente en los jardines junto a la presa.

En las pozas disfrutaban sobre todos los adolescentes, lanzándose sin dudarlo desde un puente situado a tres metros de altura. Allí, no solo había lugareños, también jóvenes venidos de Londres, Madrid, Cádiz o Cáceres, que vuelven a la villa del Suroccidente en cada periodo estival. "Veraneo aquí todos los años desde que nací, y bañarse en el Narcea, sobre todo con el calor que suele hacer, es algo incomparable", relata el madrileño Daniel Cáceres.

El calor no dio tregua en Cangas del Narcea, pero tampoco en el resto de Asturias. Tineo llegó a marcar 35 grados. En Oviedo se alcanzaron los 33 y en Avilés, rozaron los 30. En la cuenca minera tampoco se libraron, llegando a registrar 34 grados de máxima en Langreo y 33 en Mieres.

En Infiesto, el final de la ola de calor, previsto para mañana, se adelantó, trayendo consigo una imponente granizada que sorprendió a los bañistas de la piscina. "Eran pedruscos enormes y fueron cinco minutos", aseguran quienes lo vieron, que tuvieron que ponerse a refugio. Aparte de lo sucedido en Infiesto, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé para hoy en Asturias cielos cubiertos, sin descartar brumas matinales en zonas altas, con precipitaciones débiles por la tarde. Las temperaturas mínimas bajarán en el interior y las máximas sufrirán un descenso notable.

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