La periodista praviana Raquel Menéndez y su marido Álvaro Sobejano se encontraba en un restaurante de la localidad de Uluwatu, Indonesia cuando se produjo el seísmo que azotó el país el pasado domingo. "Estábamos tomando una copa de vino antes de cenar en un restaurante con terraza acristalada sobre un acantilado. Estábamos comentando que el mar se movía mucho. De repente la cristalera empezó a sonar como si se arrancara un árbol de raíz. Teníamos la carta en la mano y note temblores. Le iba a decir a mi marido que dejase de mover la mesa, pero no me dio tiempo. Los temblores se intensificaron, pensé que me estaba mareando, pero de repente la gente empezó a gritar y correr hacia la terraza".

Menéndez cuenta que apenas "duró unos segundos, pero fueron de mucha tensión". La pareja llevaba en el país desde el día 31 de julio pasando las vacaciones. "No hemos sufrido demasiado los efectos porque nosotros estamos en complejos hoteleros bien construidos. La gente de allí que vive en zonas humildes si ha vivido situaciones más complicadas", explica.

Las replicas en forma de leves temblores continuaron hasta la jornada de hoy. "El último que sentimos fue en la jornada de hoy, pero ya con muy poca intensidad", subraya Menéndez, que se encuentra en una zona cercana al epicentro (Lombok), donde hasta el día de hoy permanecía activa la alerta por tsunamis.

La periodista praviana continuará en la isla del sudeste asiático hasta el viernes. A pesar del mal trago, a Menéndez no se le quitan las ganas de volver a visitar la zona. "Volvería a Bali ahora mismo", sentencia.