Asturias contará con en cinco años una planta de clasificación y reciclaje de basura mezclada (no selectiva). Se levantará en Vilorpeo, en Serín (Gijón), ocupará 50.000 metros cuadrados, costará 64,5 millones y para su construcción y posterior funcionamiento competirán "las mejores tecnologías de Europa", según resaltaron ayer las autoridades del Principado. La planta permitirá que Asturias cumpla con las exigencias europeas en materia de recogida selectiva de residuos.

La comisión delegada del Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa), que preside el consejero de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Fernando Lastra, acordó ayer iniciar el expediente de contratación de la redacción del proyecto, construcción y puesta en marcha de una planta de reciclaje de la fracción mezclada de basura (la que no se separa en los hogares), con un presupuesto de 64,47 millones de euros y un plazo de ejecución de 60 meses. Será "una de las inversiones más importantes" de la historia de Cogersa: la planta será "crucial" para el plan de residuos, una de sus "piezas básicas", subrayó Lastra.

El Consejero, no obstante, destacó que la planta será el "segundo paso" del plan de residuos, pues el "primero" es"el "esfuerzo especial" que hacen "los particulares en sus hogares" al separar la basura. Subrayó que el plan de residuos "no es de un gobierno, ni de un partido, sino un objetivo de ciudadanía". Y que la inversión en la planta supone "una contrapartida al esfuerzo de los ciudadanos".

La planta evitará que se envíen al vertedero residuos domésticos y comerciales directamente -sin tratamiento previo-, un mecanismo obligatorio según la legislación europea. Permitirá también avanzar en el cumplimiento de los objetivos de reciclaje fijados por la directiva europea de residuos, las leyes autonómicas y el Plan Estratégico de Residuos del Principado (Perpa) 2017-2024. Estas normas establecen que la cantidad de basura doméstica y comercial destinada a la preparación para la reutilización y el reciclado de las fracciones de papel, metales, vidrio, plástico, biorresiduos u otras, deberá alcanzar, en conjunto y como mínimo, el 50 por ciento en peso.

Lastra explicó que la basura que no se separe en los domicilios se derivará a esa planta, en la que se clasificará y se separará la materia orgánica. A continuación se fabricará con ella combustible sólido recuperado y líquido de segunda generación. La basura no aprovechable irá al vertedero, pero ya sin el impacto negativo que supone la materia orgánica. De esta manera, el Consejero auguró que los vecinos de la zona de Serín se verán libres de olores y vivirán "en mejores condiciones que en la actualidad". La planta podrá tratar anualmente 300.000 toneladas de residuos que ahora van directamente al vertedero central de Asturias.

Ovidio Sánchez, de IU, saludó la futura planta y la inversión, que "aleja cada vez más el modelo de gestión de los residuos de la incineración" y acerca "el cumplimiento de los objetivos de la UE en materia de reciclaje". IU tiene, no obstante, algunas "dudas técnicas" sobre las tecnologías a utilizar en la planta, que espera despejar en los próximos días.