La Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) considera que la reciente modificación de la resolución aprobada en junio de 2017 por el Gobierno del Principado para permitir el abandono de cadáveres de ganado en el monte con el fin de proporcionar alimento a los buitres y otras aves carroñeras incurre en un grave error y pone en riesgo a las propias aves a las que se pretende beneficiar. La disposición que se critica es la que permite dejar las reses muertas a 200 metros de tendidos eléctricos y de aerogeneradores.

"La electrocución y la colisión con tendidos eléctricos y aerogeneradores causa todos los años miles de muertes, siendo una de las principales causas de mortalidad para el buitre leonado en España", afirma Nicolás López Jiménez, delegado de SEO/BirdLife en Asturias y responsable del programa de conservación de especies de la entidad conservacionista. "Antes deseábamos que el mayor número posible de explotaciones ganaderas pudiera adscribirse a esta norma y pudiera ser un beneficio tanto para los ganaderos como para la supervivencia de las poblaciones de aves necrófagas. Ahora esperamos que las explotaciones próximas a tendidos eléctricos y parques eólicos no soliciten la opción de depositar los animales muertos en sus explotaciones por el peligro que puede suponer para especies como el alimoche, el buitre leonado, el quebrantahuesos, el milano real y águila real, algunas catalogadas 'en peligro de extinción'", agrega López.

Según explica SEO/BirdLife, las propias directrices para la alimentación de aves necrófagas recomiendan una distancia mínima de 1.000 metros a tendidos y de 4.000 a los aerogeneradores para garantizar la seguridad de las aves. La orografía regional admite distancias de seguridad menores, "pero solo 200 metros suponen un riesgo muy elevado".

En cambio, SEO valora positivamente que se estudie la exención del pago del seguro de recogida a los ganaderos y que se prohíba dejar animales tratados con medicamentos veterinarios como el diclofenaco, letal para los buitres.