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Presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España

José Antonio Galdón: "Cuantos más ingenieros tenga un país, mayor será su potencial"

"Hay que cambiar el modelo energético e incluir las renovables, pero sin tomar soluciones drásticas porque afectarían al sistema"

José Antonio Galdón, ayer, junto al río Piles en Gijón. MARCOS LEÓN

"Un año más pero con la misma ilusión del primer año". Así define José Antonio Galdón Ruiz su paso por la Feria Internacional de Muestras de Asturias. Su presencia, como presidente del Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial (COGITI), es ya una tradición en las actividades que organiza el muy activo Colegio de Ingenieros Técnicos del Principado de Asturias, presidido por Enrique Pérez Rodríguez. Se trata de un encuentro donde los profesionales analizan las fortalezas y debilidades del sector.

- ¿Por dónde van las líneas maestras del sector?

-Lo importante es que el ingeniero tiene que seguir aplicando la innovación, que es lo suyo, en cualquier faceta donde esté desarrollando su actividad profesional. Se trata de eso: plantear los nuevos retos que necesita la industria para que el sector tenga todos los ingredientes para seguir creciendo. Aparte, tenemos la dimensión de la propia profesión. Igual que hemos dicho que tenemos que ser los garantes de que la sociedad evolucione, también tenemos que evolucionar como profesión. Llevamos ya varios años planteando y poniendo en marcha esas innovaciones. La innovación es lenta pero segura. Queremos que el día en el que se produzcan esos grandes cambios, nosotros llevamos ya gran parte de ese camino avanzado.

- ¿Cuáles son esas innovaciones de las que habla?

-El modelo de profesión tal y como está concebido hoy en día en España es algo insólito, que no tiene mucho que ver con el resto del mundo. Hay muchas cuestiones en las que debemos mejorar y cambiar. En España se exige única y exclusivamente la posesión de un título académico, universitario. En el resto de países no se llega al ejercicio profesional sin haber hecho una práctica profesional antes, se requiere una experiencia y una formación previa. Y además, se requiere un reciclaje permanente para poder seguir ejerciendo la profesión. No puede ser que te habiliten para ejercer una profesión y ya puedas ejercerla para toda la vida. Y menos en una profesión como esta, donde tienes que estar siempre a la vanguardia con los últimos avances. Estos modelos llegarán antes o después.

- ¿Y cómo se pueden implantar esos modelos en España?

-Nosotros ya tenemos el modelo de acreditación del Desarrollo Profesional Continuo (DPC), en el que validamos la experiencia y la formación de nuestros colegiados para darle un valor de cara a la sociedad, ya que no todos los ingenieros somos iguales: hay quienes tienen más o menos experiencia o formación. Tratamos de poner en valor eso, para que haya una competitividad sana entre profesionales, para motivarlos a seguir siempre formándose. Tendemos más a modelos en los que se valoran las competencias individuales frente a la formación general.

- Cada vez hay más ingenieros de todo tipo. ¿El sector tiene capacidad de absorción para todos ellos?

-Y ojalá hubiese más. Yo creo que sí. El ingeniero, y más concretamente el industrial, está capacitado para prácticamente todo, excepto curar o interpretar las leyes. Para todo lo demás, los ingenieros. Y entendemos que la profesión de ingeniero, para que la sociedad innove, es prácticamente imprescindible. De hecho, estamos notando todo lo contrario, que no existen esas vocaciones. Cuantos más ingenieros tenga un país, más potencial de crecimiento tendrá. Hay que hacer un especial énfasis en la mujer, para que se incorpore y este colectivo tenga una mayor vocación como ingenieras. En ello estamos trabajando para fomentarlo.

- Hábleme de las nuevas ingenierías que están surgiendo.

-Si están surgiendo aquí es porque ya existen también en otros países. Son las universidades las que proponen la creación de nuevas ingenierías basadas en nuevos conceptos y nuevos modelos, en base a la evolución. Nadie se imaginaba hace poco que hubiese una ingeniería biomédica o mecatrónica. Son conceptos que hace unos años no existían y ahora sí, por lo que tienen que estar sobre la mesa, pero siempre basados en modelos de conocimientos y competencias, no de atribuciones genéricas.

- Viendo esa constante innovación, ¿a qué se van a dedicar las generaciones venideras?

-Se habla mucho de que las profesiones que serán más demandadas dentro de unas décadas no existen hoy en día, pero sí que está claro que hay determinadas profesiones que van a seguir existiendo siempre. Y la titulación de ingeniero va a poder abrir muchísimas salidas profesionales y va a ser capaz de adaptarse a la evolución que vaya surgiendo. Todos esos trabajos que están por venir tienen que tratar de mejorarnos la vida, que sea mejor, sostenible y compatible con el desarrollo de la sociedad. Pero lo que tengo claro es que siempre va a haber ingenieros.

- Esta semana alertaban los jóvenes empresarios que un 95% de las compañías que se crean mueren antes de cumplir cinco años. ¿Sigue siendo importante el emprendimiento?

-Sí, claro. Si no hay emprendimiento, no hay evolución. Otra cosa es que la situación sea difícil o se necesite una base más sólida en cuanto a preparación y una capacidad de solventar todas las dificultades, que se suelen presentar más en los primeros años, antes de que la empresa se afiance. Para que funcione, la idea tiene que ser innovadora, con capacidad de entrar en el mercado y muy competitiva, que es lo que más cuesta a una empresa recién creada. La idea tiene que tener un concepto muy diferenciador de lo que ya hay en el mercado, que te permita contrarrestar la competitividad de las empresas que ya existen en el sector con la innovación de la nueva empresa. No es fácil pero cualquier empresario de éxito seguro que fracasó alguna vez y aprendió de ello. Por eso no se puede desistir nunca de crear nuevas actividades empresariales.

- Con todo, ¿cuáles son los principales retos del sector industrial?

-Muchísimos. El tamaño de la empresa, por ejemplo. Las compañías industriales españolas siempre son pequeñas y eso las hace menos competitivas. Otra cuestión es la energía, que es algo fundamental para reducir costes y aumentar la competitividad. O la innovación, que es importantísima y hay que invertir muchísimo en ella. Cualquier empresa del sector industrial tiene que evolucionar con la sociedad y que su producto se adapte a ella. No se puede permitir ni un solo respiro, diciendo "ya saqué un producto, me funcionó, y me vale para siempre. Ya no tengo nada más que seguir fabricándolo y ganando dinero". Eso no se puede hacer hoy en día, hay que seguir invirtiendo continuamente en la innovación y el desarrollo del producto.

- Mentó la energía. Hábleme de la descarbonización.

-El sistema energético español adolece de una grandísima dependencia energética del extranjero. Y además, son fuentes energéticas muy contaminantes. Tenemos que ser capaces de tener un desarrollo sostenible, tratando de consumir fuentes de energías autóctonas pero, al mismo tiempo, que sean poco contaminantes. No se trata nunca de aplicar soluciones drásticas ya que puede producir un impacto inmenso en el sistema, en cuanto a los precios o la calidad del suministro eléctrico. Hay que sentar muy bien las bases para ir incluyendo paulatinamente fuentes de energías renovables y cambiar el modelo de consumo energético. El carbón ha sido y sigue siendo una pieza fundamental, pero también tenemos que ir pensando que poco a poco hay que avanzar hacia su desuso. Hay que cambiar el concepto y hacer un reciclaje para que toda la gente que está trabajando en el sector del carbón hoy en día pueda tener una nueva oportunidad en otros sectores. No tiene que ser de la noche a la mañana, pero hay que ir buscando soluciones. Si queremos una economía sostenible, la energía tiene que ser sostenible.

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