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La guía secreta de Asturias

San Esteban de Cuñaba, cerca del cielo

El hermoso pueblo de Peñamellera Baja, del que parten varias sendas, es una pequeña joya de arquitectura rural donde se rinde homenaje a la naturaleza

La carretera es estrecha, aunque bien asfaltada, y va subiendo poco a poco, girando aquí y allá en medio de un paisaje abrumador, verde, poderoso, que con sol enamora de inmediato y hace que el viajero se sienta afortunado de haber llegado hasta allí. El destino es el precioso pueblo de San Esteban de Cuñaba, en Peñamellera Baja, uno de esos lugares de Asturias en los que la montaña parece mucho más cerca de quien la mira, haciendo que el cielo parezca aún más pequeño. Sin duda, tanto el trayecto como el destino son un placer para los que aman las carreteras comarcales y cuanto desde ellas se ve. Y es que no es de extrañar que este pueblín asturiano guste a los que aman la naturaleza, la tranquilidad, el paisaje y la autenticidad.

Hay que recordar que en 1990 fue el primer "Pueblo ejemplar" concedido por la Fundación entonces Príncipe, hoy Princesa, de Asturias gracias al trabajo y esfuerzo de sus vecinos por recuperar y mejorar el pueblo y haciéndolo, además, con respeto al entorno y al medio natural. Fue ése un espíritu que sin duda se ha mantenido a lo largo de los años.

Emociona la historia del viejo castaño "nacido en una primavera de finales del siglo XVI y que terminó su vida en el otoño de 1994" tal y como reza en parte del texto escrito a los pies de este emblemático árbol, cuyo tronco fue puesto de nuevo en pie por los habitantes del pueblo y mantenido como homenaje y agradecimiento de "los vecinos, sus antepasados y las decenas de generaciones que han disfrutado de su sombra, de su compañía y de sus cosechas".

Amor por las raíces y amor por el pueblo es lo que allí se percibe. Y también un paisaje espectacular y generoso que se puede observar tanto en la zona del área recreativa como desde el mirador, desde donde es posible contemplar, además de la grandiosidad de cuanto la vista abarca, el vuelo de los buitres que por allí andan. No se debe olvidar tampoco un rinconín en el que apetece bañarse o remojarse los pies aprovechando el agua del río San Esteban a su paso por un puente de piedra muy cercano a esta localidad. Se encuentra a la derecha, en una curva donde un cartel indica la red de rutas de senderismo por la zona, como las que van desde San Esteban de Cuñaba hasta Oceño o Tresviso, o la senda El Pastor, que es circular. Todo ello ocurre en uno de los mejores escenarios de nuestro paraíso natural, que casi parece tocar el cielo.

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