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El termómetro loco de Pajares

El Puerto sufre un bajón de las temperaturas de hasta 15 grados en menos de 24 horas y registra las mínimas más bajas del país

Loli Fernández, con atuendo invernal, ayer en Pajares. FERNANDO GEIJO

Loco, caprichoso e intempestivo. Así es el tiempo en Asturias este verano. La caída brusca de las temperaturas situó ayer al Principado con las temperaturas mínimas más bajas del país, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En la madrugada del pasado lunes, con la ola de calor, la temperatura mínima en el puerto de Leitariegos fue de 16,3 grados. Ayer era de 5,4. En Pajares

Los vecinos de la localidad de Pajares tenían ayer controlado el descenso de temperatura: en menos de veinticuatro horas pasaron de 27 grados a 12. No esperaban ni por asomo un cambio tan brusco.

"Todos los años tenemos algún día de frío, pero lo de este año ha sido increíble", aseguraba Anabel Fernández, con la ola de calor del pasado fin de semana aún en la mente. Aunque el frío en verano no es plato de buen gusto para nadie, el bochorno del pasado fin de semana tampoco fue bien recibido. "Era insoportable. En casa no corría el aire ni con las ventanas abiertas de par en par, y era imposible dormir sin que se te pegasen las sábanas", explicó Anabel Fernández.

"Se superaron los treinta grados y eso en Pajares es rarísimo", comentó Loli Fernández, hija de Sole Coya, vecina de Pajares que tuvo que pasar de la blusa veraniega al jersey de punto de manga larga en cuestión de horas.

Loli Fernández vino de León con sus hijos para visitar a su abuela y el frío les pilló por sorpresa. "Vengo de León, donde estábamos a más de veinte grados, y aquí estamos a quince", aseguró al mediodía de ayer. Sin embargo, consigue sacar el lado positivo: "Por lo menos aquí sí que apetece un cocidín".

A los cambios gastronómicos hay que añadir los de vestuario. De hecho, no fueron pocos los que tuvieron que rebuscar en el armario para encontrar la indumentaria adecuada: "Antes pasó por aquí una vecina que iba a hacer la compra con el anorak abrochado hasta arriba", aseveró Loli Fernández.

Pero estas anécdotas pierden su gracia si tenemos en cuenta las causas y consecuencias de esta inestabilidad meteorológica, que ya se percibió en invierno. "En enero, los obreros iban sin camiseta a la obra y a 26 de julio, todavía no había empezado la hierba", remarcó la vecina. "Uno de los habitantes más longevos del pueblo, que tiene más 90 años, afirma no haber presenciado nada similar en toda su vida", añadió.

Y es que, más allá de los dilemas relacionados con el vestuario, la comida o las dificultades para conciliar el sueño, la inestabilidad meteorológica que se viene produciendo afecta directamente a la economía de esta zona.

"Llevamos unos años con las estaciones atrasadas y si el invierno llega tan tarde como llegó el verano, nos vamos a ver muy perjudicados", lamentó Anabel Fernández en relación con el inicio de la temporada de esquí. "Los meses buenos son enero y diciembre, porque en febrero ya empieza a hacer sol, así que vamos a notar mucho económicamente que el invierno se retrase, como pasó el año pasado". Para hoy se espera leve mejoría antes de que vuelvan las lluvias.

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