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El fin de las paradas "fantasma"

Más trenes semidirectos y eliminar apeaderos con apenas viajeros: la receta para "salvar" la línea Oviedo-San Esteban

En el tiempo que el tren emplea en el trayecto la ida, el coche ya habría hecho la ida y la vuelta. Es el recorrido de Oviedo a Grado, cuarenta minutos en la antigua Feve, veinte por autopista, ejemplo de la ineficiencia y la escasa competitividad del tren de vía estrecha frente a la carretera y acaso una de las razones del vacío de pasajeros que amenaza la supervivencia del ancho métrico ferroviario en Asturias. Desde que el tren sale de la estación de Uría, los cuarenta minutos del viaje en la antigua Feve incluyen pausas en doce paradas. En siete de ellas suben o bajan, de media, menos de nueve pasajeros al día. En seis, el promedio es inferior a cuatro. De las veinte estaciones que jalonan la línea Oviedo-San Esteban, trece tienen un máximo de trece viajeros al día y en la mitad, diez, sólo las usan como máximo cuatro personas en cada jornada. En los apeaderos de Aces (Candamo) y San Ranón (Pravia), según esta estadística, no sube ni baja nadie.

Los datos combinan los últimos oficiales disponibles de Renfe con los que recoge el Plan director de Infraestructuras y Movilidad de Asturias (PIMA) y los recopilados a pie de apeadero por el colectivo "Asturias al tren". La asociación de usuarios los utiliza para ilustrar de la ineficiencia de un servicio con tiempos de desplazamiento que le impiden competir. Competir con el coche e incluso con el autobús, que a determinadas horas va de Oviedo a Grado en media hora.

En el punto de mira

La asociación ha puesto la línea a San Esteban en el punto de mira de la necesidad de reducir las paradas del tren en "apeaderos fantasma" como estrategia de lucha contra el declive del servicio en la región. A su juicio, además de la ineludible inversión en mejorar la infraestructura y el material, el tren de vía estrecha precisa una reordenación de horarios y una apuesta decidida por los servicios semidirectos, con menos paradas y un ahorro de tiempo de desplazamiento entre las estaciones que sí siguen manteniendo un número digno de usuarios. Tienen hecha una simulación en la que simplemente evitando algunas paradas el tren podría rebajar diez minutos el viaje de Oviedo a Grado -de los cuarenta actuales a media hora- y hasta veinte el desplazamiento de la capital a Pravia, cambiando por tres cuartos de hora la inasumible hora y cinco minutos que ahora tarda el tren.

Tampoco el viaje a Pravia compite adecuadamente con la carretera en su situación actual, según las estimaciones de "Asturias al tren". El desfase entre el ferrocarril y el coche sería en este caso de unos 25 minutos -cuarenta frente a hora y cinco- que se recortarían notablemente si la apuesta por los semidirectos permitiese que el tren cubriese el trayecto de acuerdo con sus cálculos, en tres cuartos de hora.

Los planes de la asociación proponen intervenir sobre la mitad de las veinte paradas actuales de la línea Oviedo-San Esteban, eliminándolas completamente o reduciéndolas. En esta línea sugieren suprimir cinco, cuatro que tienen una media de menos de dos usuarios al día -Las Mazas, Soto Udrión, Aces y San Ranón- y el de Peñaflor, con cuatro y un buen servicio vecino de autobús. En otros cinco se reducirían las paradas, de suerte que los trenes semidirectos potenciarían el servicio que conecta Oviedo con Trubia, Grado y Pravia y se mantendría el que reciben otras estaciones con usos que todavía no son minúsculos, como las de La Argañosa y Las Campas, en Oviedo, o San Román de Candamo.

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