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Los trenes de cercanías en Asturias van a marcha fúnebre

Los últimos incidentes en las líneas ferroviarias, que obligaron a suspender trayectos y a desplazar a los viajeros en autobús, ahondan en la crisis del ferrocarril asturiano: "O se invierte o la antigua Feve está muerta", alerta el comité de empresa

Los trenes de cercanías en Asturias van a marcha fúnebre

La anterior consejera de Infraestructuras, Belén Fernández, invitó hace tres años al entonces presidente de Renfe, Pablo Vázquez, a visitar Asturias para que comprobara el lamentable estado de la red ferroviaria en la región, en especial de la de ancho métrico (antigua Feve). Vázquez comprobó que era cierto, pero lejos de aprobar inversiones decidió poner un autobús en cada cabecera de línea para transbordar a los pasajeros cada vez que hubiera una incidencia. Según el presidente del comité de empresa de la red de ancho métrico, Luis Blanco (UGT), este hecho refleja "a las claras" la gestión realizada en Feve durante los últimos decenios, que ha desembocado en el actual caos ferroviario, en una imagen lamentable de la compañía y en una imparable pérdida de pasajeros. El sindicalista lo tiene claro: "O se invierte o Feve está muerto".

Blanco resalta que desde que la vía estrecha pasó a manos de Renfe no ha habido "ni una inversión", lo que supone que existen problemas de infraestructuras por "falta de mantenimiento", de material por "falta de fiabilidad" y de personal porque se está recortando la plantilla "de forma claramente intencionada". Blanco denunció que en lugar de reparar las deficiencias que van surgiendo en las infraestructuras ferroviarias, lo que Renfe hace es colocar señales para reducir la velocidad, con lo que "se ahuyenta aún más a los usuarios". Resaltó que el servicio de mantenimiento de infraestructuras de Feve está "prácticamente desmantelado". Hasta hace unos años había brigadas integradas por 12 personas cada 50 kilómetros de vía o menos, que mantenían "en perfectas condiciones las vías, las trincheras, los puentes, los túneles, los puntos críticos... Había un control riguroso. Eso ya no existe. Ahora hay contratas: una incidencia, una intervención. No hay mantenimiento", explicó Blanco.

Los maquinistas están "hartos" de denunciar que la vegetación tapa las señales y el material tiene "escasa fiabilidad" por su "antigüedad y la falta de mantenimiento". Hay material tan viejo que ni siquiera se encuentran ya piezas de repuesto, porque las empresas que lo fabricaron "ya no existen". Y a todo ello se une que cualquier actuación que supere los 1.800 euros debe ser aprobada por un consejo en Madrid, lo que retrasa notablemente las reparaciones. La consecuencia de todo ello es que el tren "no llega a la hora y el viajero busca otro medio de transporte", señaló Blanco.

El sindicalista afirma que el ancho métrico está "abandonado" y que si no se aplica el Plan de Cercanías, de 580 millones, que aprobó el anterior gobierno, "Feve muere". Este periódico intentó, sin éxito, conocer la opinión del Ministerio. Blanco resaltó que entre Moreda y Collanzo los viajeros casi siempre son trasladados en autobús, debido a la situación de la vía. Hacia Galicia, más de lo mismo. Entre Gijón y Laviana, hasta el miércoles, también era necesario el trasbordo en autobús por un desprendimiento en el túnel de Carbayín. El ugetista resaltó que el tiempo de marcha entre Gijón y Laviana es de una hora y quince minutos, pero con el trasbordo el tiempo de viaje se iba hasta las dos horas. "¡Ya está bien¡ ¿Quién va a ir así en tren?", se pregunta Blanco. Él mismo contesta: "nadie". Ejemplo claro del desplome de Feve es que los convoyes de Gijón a Laviana, hace doce años, iban en lo que los ferroviarios denominan "en triple, con seis vagones de pasajeros. Ahora con uno sobra", se lamenta el presidente del comité de empresa de Feve.

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