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Los taxistas rurales temen la concesión de 65 licencias nuevas de coche con conductor

"Nos ha costado mucho pagar nuestra plaza de taxi como para que ahora vengan otros a hacer competencia desleal", dicen los afectados

Los taxistas rurales temen la concesión de 65 licencias nuevas de coche con conductor

La consejería de Infraestructuras, Ordenación del territorio y Medio Ambiente ha aceptado la concesión de sesenta y cinco nuevas licencias VTC (coches con conductor) en Asturias tras revocar tres sentencias que denegaban estos permisos. Las resoluciones negativas a otorgar las licencias fueron dictadas por el Director General de la Agencia Asturiana en el año 2015.

Los recursos que han salido adelante según se anuncia en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA), fueron interpuestos por "Automóviles Luarca S.A." (40), "Transportes Accesibles de Asturias S. L." (10), "Libreocupado S.L." (10) y por el particular Juan José García Álvarez (5). Y el sector del taxi está preocupado, incluso aquellos que trabajan en la zona rural, donde temen que este tipo de transporte también acabe llegando.

"De momento el conflicto con los VTC no nos afecta, pero cuando las barbas de tu vecino veas pelar..." Pablo Corral, taxista de Posada de Llanes, resalta que en la zona rural no hay VTC y, por lo tanto, tampoco competencia: "no hay población ni demanda, el problema está en las grandes ciudades y en zonas como los aeropuertos". En el concejo llanisco, por ejemplo, solo hay 25 licencias de taxi y la ley solo permite una licencia VTC por cada 30 de taxi.

Corral se queja amargamente de la imagen que están dando algunos medios, relacionando al taxi con "lo antiguo, lo retrógrado", y a los VTC con "lo moderno, lo guay". Sobre todo "porque no es así". En teoría los VTC son "servicios VIP": coches de lujo, de alta gama y gran cilindrada, que no pueden estar en la calle y que para salir de su sede deben llevar una hoja de ruta preestablecida, de la que no se pueden salir, ni siquiera en caso de atascos, por ejemplo. También pueden ser alquilados por horas o por días.

"Hasta hace unos años taxis y VTC convivieron sin problema, pues ellos llegaban a donde no llegábamos nosotros, pero desde hace un tiempo algunas empresas VTC se saltan los límites de la legalidad, porque, si los pillan, les sale más barato pagar la sanción que cumplir las normas. La tarta es muy grande", señala Corral. De hecho, hay "muchas licencias VTC en Asturias que, en realidad, están trabajando en Madrid y Barcelona".

Salvador Cue, taxista de Celoriu, resalta que en la zona rural no hay problemas con los VTC, e incluso en Oviedo "conviven y nunca hubo problemas, porque van por el libro y trabajan mercados diferentes". A su juicio, el problema es que hay "grandes empresas, como Uber y Cabify, que se amparan en las licencias VTC para prestar servicios que son propios del taxi y hacerse también con este negocio. Con las empresas de toda la vida no hay problema".

Esas grandes empresas "tiran los precios, pero cuando hay demanda, cuando juega el Real Madrid, por ejemplo, multiplican sus precios por diez", señala Cue, quien lamenta como Corral que las televisiones "solo saquen las agresiones de los taxistas a los VTC, y no al contrario, que también las hubo".

José Manuel García lleva 25 años trabajando como taxista en Grado y teme que los coches VTC lleguen a la villa Es un debate que mantienen a diario en la plaza él y sus compañeros. "Yo pagué dos millones de pesetas en su día para tener licencia de taxi y no puede ser que ahora llegue esta gente a hacernos la competencia con unas condiciones diferentes a las nuestras. Ellos no han comprado una parada, y nosotros sí y nos ha costado mucho esfuerzo pagarla".

Dice José Manuel García que es "probable que este tipo de coches lleguen a Grado, la preocupación existe y a lo mejor cualquier día nos encontramos con un Cabify ahí aparcado haciéndonos una competencia desleal". Este taxista apoya a todos sus compañeros que en ciudades como en Madrid o Barcelona han hecho parones para demandar unos derechos que creen que les pertenecen. "Las condiciones tienen que ser igual para todos", señala.

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