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Me quedo en el pueblo | Moruxones

Un quesero con vocación artesana

Alberto Valiente compagina las labores cotidianas en su quesería piloñesa con su trabajo como veterinario

Alberto Valiente muestra tres de sus variedades de queso en el exterior de su quesería, en Moruxones, Pintueles (Piloña).

"Me hice quesero por afición, porque me gustaba desde siempre el mundo de los quesos, por hacer algo que fuera diferente. Así lo primero que elaboré fue queso casín, pues Piloña, como Caso y Sobrescobio, está en la DOP", explica en su quesería de Moruxones, un barrio del pueblo de Pintueles (Piloña). De allí es su padre, que fue ganadero de carne. Eso sí, él matiza a renglón seguido que "yo soy veterinario y, como tal, vivo bien, no me puedo quejar aun a pesar de que cada vez hay menos ganaderías. Empecé en 1992 y había muchísimo trabajo, no parabas. Después de varios años me asocié con otro veterinario para trabajar conjuntamente, y eso me permite también dedicarme a mi trabajo como quesero", matiza.

Afirma que, gracias a su profesión de veterinario, pudo montar la quesería. "De esto sólo no se puede vivir en el campo y menos mientras estás montando toda la instalación, con todo el tiempo que lleva y todo lo que te piden. Yo, además, no tengo ganado propio, le compro la leche a una ganadera de la zona que tiene ocho o nueve vaquinas", añade.

Su vida transcurre entre Arriondas, donde hoy vive, y los lugares donde atiende como veterinario a los animales así como también en la quesería de Moruxones. En el año 2012 fue cuando se estrenó oficialmente como productor al frente de su quesería Ca Llechi, un nombre "querencioso" con el que rinde homenaje a su lugar de origen.

"Ca Llechi es un barrio de Moru, en La Marea, cerca de Caso, el primero que encuentras al llegar. En la posguerra allí se recogía la leche para quitarle la nata y hacer mantequilla, allí estaba la desnatadora. A la gente se les pagaba la nata y ellos volvía para su casa con la leche desnatada. Viene a significar Casa de Leche", explica este quesero que el año pasado transformó nada menos que 40.000 litros de leche, una cantidad a la que ya se aproxima actualmente en agosto.

Empezó haciendo queso casín y luego a su producción fue incorporando estos años sus propias creaciones. "Trabajo tanto leches crudas, como pasteurizadas, amasados, prensados, en fin, me gusta ir cambiando", matiza Valiente al tiempo que señala que, junto al casín, los que más vende son el "Franxón" , de pasta blanda y "La Xerra", producido con leche cruda de vaca. Los nombres de sus quesos hacen referencia a lugares y fincas próximas a su quesería.

Como conocedor del mundo rural afirma que "hoy no se puede vivir sólo de la ganadería. No tienes más que ver cómo están los praos, todos desapareciendo con el avance del bosque. Son praos muy pequeños, de muchos propietarios y buena parte en pendiente y luego los márgenes que tiene el ganado, tanto de carne como de leche, son mínimos. Sólo viven los que tienen muchos animales, pero además apoyados en las ayudas PAC, que si no, tampoco", explica Valiente.

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