El concejal de IU de Llanes, Javier Ardines, asesinado en la mañana del jueves, presentaba lesiones en las manos que indican que intentó defenderse y repeler el ataque, según señalaron ayer fuentes cercanas a la investigación. El informe preliminar de la autopsia, realizada ayer en el Instituto de Medicina Legal de Asturias, ha confirmado la muerte violenta del edil, que ya había adelantado veinticuatro horas antes la Guardia Civil. Según informó el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), el Juzgado de Llanes ya ha abierto las diligencias y está a la espera de los resultados de las investigaciones que realizan la Policía Judicial y la Policía Científica, con el objetivo de localizar en el plazo de tiempo más breve posible al autor o autores de la muerte del concejal y marinero llanisco, de 52 años de edad.
Las heridas que Ardines presentaba en las manos fueron analizadas detalladamente por los investigadores en el lugar de crimen, ocurrido a unos 300 metros de la vivienda en la que residía el concejal, en la localidad de La Pesa de Pría (Llanes). No obstante, los agentes procedieron a vendar las manos antes de su traslado al Instituto de Medicina Legal para proteger pruebas y facilitar la posterior búsqueda y análisis de material genético del agresor o agresores.
Nada ha trascendido hasta el momento de los resultados del análisis forense, más allá de que la muerte de Ardines ocurrió debido a los golpes que recibió en la cabeza con un objeto contundente que aún no ha sido hallado. El concejal llanisco recibió tres fuertes golpes: en la cara, la frente y la nuca.
Los investigadores, como hacen habitualmente en este tipo de sucesos, intentan ahora reconstruir las últimas horas de Javier Ardines, a través de las manifestaciones de su entorno más cercano. Ello con el objetivo de buscar pistas que conduzcan a la detención del asesino o asesinos. Los investigadores no descartan ninguna hipótesis, aunque algunos indicios apuntan a que el crimen pudo tener relación con una desavenencia personal o con su actividad política.
Del mismo modo, sin descartar ninguna hipótesis, también sospechan los agentes que el ataque pudo ser perpetrado por varias personas. Todo indica asimismo que hubo premeditación y que el atacante o los atacantes colocaron unas vallas de obra en el camino por el que sabían que iba a circular Javier Ardines con su vehículo al amanecer para ir a faenar, con el objetivo de que se detuviera a retirarlas y aprovechar el momento para agredirlo por sorpresa.
Los investigadores intentan determinar si en los días previos al asesinato Ardines recibió alguna llamada telefónica que se saliera de lo habitual o si comentó a sus allegados algún hecho que pudiera suponer una pista que seguir para dar con el móvil del ataque y resolver el crimen.
La familia de Javier Ardines, por su lado, comunicaba en la mañana de ayer su decisión de realizar su despedida "en absoluta privacidad". Según fuentes cercanas a la familia, no habrá ningún tipo de ceremonia, tal y como era deseo del fallecido, y, previsiblemente, el cuerpo sin vida del marinero llanisco será incinerado en las próximas horas.
IU de Asturias, por su lado, pidió "la máxima consideración y templanza", así como aguardar a la conclusión de las investigaciones y evitar "especulaciones que no conducen a nada, ni sirven para el esclarecimiento de este dramático fallecimiento".
Javier Ardines fue hallado muerto por un vecino a las ocho de la mañana del jueves, a unos 70 metros de su coche, que quedó con el motor encendido y con la puerta del conductor abierta. Había salido de casa dos horas antes en dirección al puerto de Llanes, donde pretendía coger su barco, "Bramadoria" para salir a faenar. Ardines, hijo de emigrantes nacido en Bélgica, deja viuda, dos hijos y un nieto.
