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Granda: "Lo que ocurrió en la Rey Juan Carlos es una excepción"

El rector de la Universidad de Oviedo aboga por que la institución logre un papel más activo en el próximo plan de Ciencia

Granda: "Lo que ocurrió en la Rey Juan Carlos es una excepción"

"Nos dejan participar en lo foros de decisión pero no nos hacen caso". La afirmación del rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, pone sobre la mesa la realidad a la que la institución académica asiste desde hace años en sus relaciones con la Administración regional. "Esperamos que haya posibilidad de cambiar algo", sostiene optimista García Granda.

El respaldo económico que reciben del Principado también es cuestionado por todos sus predecesores en el cargo. "Salvo convocatoria de grupos tenemos un papel absolutamente secundario", asegura García Granda. Como ejemplo el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación del Principado, actualmente en desarrollo y en cuya elaboración la Universidad se siente prácticamente excluida. Aparte de la cantidad recogida en los presupuestos generales de la comunidad, la Universidad de Oviedo recibe de la Administración regional tan solo seis millones de euros, apunta el Rector. En una comunidad donde se aspira a tener un sistema potente de investigación preocupa esa escasa apuesta económica con la Universidad. "Hay proyectos europeos que superan esa financiación", dice García Granda sobre los seis millones de euros adicionales a la nominativa que reciben cada año. "Es falta de cultura", sentencia el máximo responsable de la institución académica. Una cantidad tan baja que es inconcebible, tanto para él como para sus predecesores en el cargo. "Lo he dicho muchas veces y lo repito: se desaprovecha la capacidad que tenemos, concluye Granda, quien no obstante aclara que la sociedad asturiana tiene "un altísimo concepto" de la Universidad de Oviedo. "Estoy muy de acuerdo en eso", apostilla Salvador Ordóñez, exrector de las universidades Menéndez Pelayo y Alicante.

Sobre la polémica en torno al máster de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Cristina Cifuentes, los rectores no echan más leña al fuego. Más bien al contrario. " Yo pongo la mano en el fuego por mi Universidad. De hecho, lo que ocurrió en la Universidad Rey Juan Carlos es una excepción, es muy difícil que eso ocurra en ningún otro sitio", sostiene Santiago García Granda, primero en tomar el turno de palabra.

La exdirectora de la Agencia nacional de Evaluación y para la Acreditación (ANECA) y exvicerrectora de la Universidad Carlos III de Madrid con Gregorio Peces Barba realiza una lectura positiva del asunto de los másteres."Cuando vemos que se maquillan currículos con títulos universitarios eso quiere decir que damos por hecho que esa formación académica es valorada por la sociedad, porque si no fuera así nadie perdería el tiempo ni se arriesgaría a una cosa como la que hemos visto", sentencia.

Al exrector de la Universidad de Oviedo Juan Vázquez le lleva a una reflexión sobre los "chiringuitos, que los hay, porque pícaros los encontramos en todas partes". Su sucesor en el cargo, Vicente Gotor, cree que "la más perjudicada de todo esto es la Universidad en general". Y Vázquez agrega: "Todo es consecuencia de cuando una Universidad nace a la sombra de un poder político, en este caso el PP. Había un antecedente, la Universidad Carlos III que puso en marcha Gregorio Peces Barba con un criterio académico intachable".

Gotor sentencia: "La Universidad Rey Juan Carlos es una mala fotocopia de la Carlos III".

En ese contexto, García Granda lanza una nueva reflexión sobre a conexión entre el poder político y la Universidad: "Eso es lo que tenemos que evitar. Y no plegarse a ninguna influencia". Y vas más allá: "Las cadenas universitarias están ahí delante [del edificio histórico de la Universidad en Oviedo] para que no se traspasen".

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