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El liderazgo de un pionero del trasplante

Colaboradores y pacientes de Jesús Otero destacan su tenacidad y capacidad para formar equipos l "Creía en los colectivos de trasplantados"

Jesús Otero: El liderazgo de un pionero del trasplante

Jesús Otero: El liderazgo de un pionero del trasplante

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Jesús Otero: El liderazgo de un pionero del trasplante A. DOMÍNGUEZ / P. ÁLVAREZ

Entusiasmo, tenacidad, capacidad para crear y dirigir equipos... Éstas son algunas de las cualidades que, a juicio de sus colaboradores y pacientes, han hecho merecedor a Jesús Otero -coordinador de trasplantes del Principado a lo largo de 31 años- de la medalla de plata de Asturias, que recibirá a título póstumo el próximo 6 de septiembre, con motivo de la celebración del Día de Asturias.

"Esta distinción es un reconocimiento a todo el sistema de trasplantes, empezando por los donantes y sus familias. Ese sentimiento de gratitud será lo que predomine en mi corazón al recoger la medalla", explica Dolores Escudero, actual coordinadora autonómica de trasplantes y viuda de Jesús Otero.

Con el objetivo de analizar la trayectoria de Jesús María Otero Hernández (Zaragoza, 1947-Oviedo, 2018), LA NUEVA ESPAÑA ha reunido en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) a varios colaboradores, compañeros y pacientes suyos. En sus 45 años como médico en Asturias, su tarea incidió de forma directa o indirecta en millares de personas. Bajo los auspicios de Chus (así le llamaba todo el mundo) Otero se llevaron a cabo unas 1.300 conversaciones con familias para plantearles la posibilidad de donar órganos después de la pérdida de algún ser querido.

"Hablar de Chus Otero es hablar del auténtico líder del trasplante en Asturias", señala el urólogo del HUCA Miguel Hevia, autor de varios centenares de trasplantes renales. A su juicio, era "una persona con mentalidad quirúrgica, con mucha capacidad para simplificar las soluciones, que se entendía muy bien con los cirujanos a la hora de resolver problemas que surgen en el trasplante". Según el doctor Hevia, "la medalla de plata está absolutamente justificada, y yo incluso iría un escalón más arriba".

Benjamín Otero, enfermero del equipo de coordinación de trasplantes, trabajó durante 20 años codo con codo con Jesús Otero. Aunque compartieron apellido, no existía entre ellos relación familiar alguna. "Era una persona muy capacitada, muy tenaz, muy luchadora. Lo hizo todo por el trasplante en Asturias. Se rodeó siempre de gente competente", subraya. Benjamín Otero recuerda un objetivo que entonces parecía inalcanzable: traer a Asturias a Christian Barnard, autor del primer trasplante de corazón del mundo. "Era como traer a los Rolling Stones", matiza. "Al final, lo conseguimos", rememora en relación a un evento sucedido en junio del año 2000.

Eduardo Rodríguez Menéndez tiene dos vínculos con Jesús Otero: compañero de trabajo (ejerce como radiólogo en el HUCA) y trasplantado (recibió un nuevo hígado en el año 2011, año en el que el doctor Otero fue trasplantado de pulmón). "Como médico del HUCA pude colaborar con él en muchas ocasiones. Era una persona inquieta, que buscaba lo mejor para nuestro hospital", destaca. El trasplante de Jesús Otero se produjo unos meses antes que el suyo: "Me ayudó muchísimo en los momentos anteriores a entrar en el quirófano para mi trasplante. Me dio muchos ánimos".

Una faceta relevante de Jesús Otero se centra en su relación con las asociaciones de pacientes. "Creía en ellas", testimonia Rogelio García Suárez, presidente en Asturias de la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (Alcer). "Trabajábamos para buscar donantes en toda Asturias, cuando la palabra donación daba incluso miedo a mucha gente", indica Rogelio García.

Honorino Argüelles Monte, presidente de la Asociación de Trasplantados Hepáticos de Asturias (ATHA), atestigua lo dicho por su compañero. "El doctor Otero colaboraba mucho con las asociaciones de donantes". Según Argüelles, el ahora homenajeado "ha sido, después del doctor Rafael Matesanz, uno de los grandes artífices del buen funcionamiento del sistema de trasplantes".

Jorge Montes Huerta donó primero los órganos de un hijo suyo, y más tarde necesitó un trasplante cardiaco él mismo: "Trabajamos mano a mano para fomentar la donación, peinando todos los colegios e institutos de Asturias. Fue un hombre entregado a la donación en cuerpo y alma".

Pilar Alonso Suárez es enfermera del equipo de coordinación de trasplantes: "Asturias le debe todo en materia de trasplantes, él puso las bases. Lo que ahora nos toca es llevar adelante lo que él nos ha dejado y procurar mejorarlo", enfatiza.

En el acto de entrega de medallas del próximo día 6, Dolores Escudero recogerá "con gratitud y emotividad" la concedida a su antecesor y marido. Y le vendrán a la mente los rasgos más definitorios de su personalidad: "Sobre todo, su entusiasmo en el trabajo, en todas las actividades que desplegaba. Era muy innovador, y una especie de director de orquesta capaz de aunar el entusiasmo de mucha gente y de formar equipos. Nunca daba una batalla por perdida".

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