La escritora Lucía Extebarría ha enviado una carta a este periódico en la que trata de explicar lo sucedido con una polémica publicación suya en la que muchos vieron criticas a Asturias y en la que se hablaba de una región ficticia llamada Vulgaria. Esta es la carta.

"No, jamás he llamado Vulgaria a Asturias

Si es usted uno de los que ha recibido una captura de pantalla con un texto y ha decidido que ese texto se refiere a Asturias solo porque hay una foto de Tapia de Casariego, debo explicarle que el texto se ha extraído de mi perfil de Instagram. En mi perfil de Instagram hay siempre fotos y textos y normalmente el texto poco tiene que ver con la foto. Y, de hecho, se dice a menudo "ya sabéis que los textos no tienen que ver con las fotos". En numerosas ocasiones hay fotos mías o de mi hija y van acompañadas de un cuento. En este caso elegí la foto de la gaviota por su carga simbólica, no porque creyera que nadie fuera a reconocer el lugar

El texto no trata de Asturias. Ya sé que usted no lee mi perfil de Instagram, pero llevo promocionando a Asturias en mis stories durante diez días sin cobrar un duro por ello. Otras instagrammers lo hacen. Yo no. Yo he pagado religiosamente cada uno de los hoteles en los que me he alojado, cada uno de mis desayunos, comidas y cenas, así como los de mi hija, No me han invitado nunca. No he usado mi fama para conseguir nada gratis, como es el caso de la mayoría de las instagrammer o influencers. ¿Para qué iba a promocionar a Asturias y luego hundirla? Y, sobre todo, una persona como yo que lleva 30 años de carrera como periodista en la que he criticado a políticos poderosos con nombres y apellidos, al lobby taurino, a marcas comerciales, a quien fuera menester (y se ha buscado serios problemas por ello), si quisiera criticar a Asturias ¿para qué iba a usar una fábula?

El texto es una fábula que pretende hablar sobre el turismo y la masificación. Como hay unos puntos de "gente guapa" que marginan a otros puntos de "gente no guapa". En el caso de Asturias, por ejemplo, hay una clara diferencia entre Occidente y Oriente. Uno está mucho más promocionado que el otro. Uno es mucho más caro y mucho más masificado. Porque en uno no hay playas conocidas ni "gente guapa". Como llevo años viniendo a Asturias puedo jurar, por ejemplo, que siendo Las Hoces de Entrepeñas mucho más barato que cualquier otro sitio no es más feo que cualquier otro lugar muy promocionado. El caso es que no me refería a Asturias, pues entonces hubiera hablado claramente de Las Hoces versus Llanes. Esto pasa en cualquier parte. Donosti y Deba. Badalona y Barcelona. Blanes y Salt. Si hago una fábula es precisamente porque quiero decir que no siempre en la playa y en el presunto "paraíso natural" es donde está lo interesante. Y creo que era bastante obvio, y de hecho mis amigos de Donosti lo entendieron muy bien

Pero cuando dos medios cogen esa captura y la hacen viral con los siguientes titulares "Lucía Etxebarria llama Vulgaria a Asturias" o "Lucia Etxebarria se despide de Asturias llamándola Vulgaria", cuando un periodista hace un tuit diciendo que yo he puesto a parir a Asturias y enlaza al artículo, y escribe un artículo sobre el texto con sus propias interpretaciones, no solo desvirtúa el texto, sino que inicia una verdadera campaña de odio contra mí

No, señores, yo no hice un "parte de quejas contra Gijón" como dijo algún periódio, pero a nadie se le ocurrió pasarse por mi perfil de twitter o mi perfil de Instagram para ver lo que decía de verdad o ver mis fotos. Nadie me fue siguiendo. Los periódicos tienen mucho más peso y lectores que yo, y el daño estaba hecho.

Yo no sé si esto ya loleyó alguien. No sé si el descerebrado que incitó esta campaña de odio contra mí me pedirá disculpas algún día. Sé que he recibido cientos de mensajes de odio: Hija de puta, tonta, inculta, no vulvas a Asturias, no te queremos.

Me gustaría volver a Asturias. Mi mejor amigo es de Oviedo (y basta con seguir mis perfiles para verlo a menudo). Varias de mis amigas residen en Gijón. Llevo viniendo a Asturias desde los 4 años. He bailado en la Santa Sebe, he asistido al Festival de Cine durante muchos hace años y he hecho senderismo por sitios que probablemente muchos asturianos no hayan pisado jamás.

Este verano he estado en Gijón, Bayas, Salinas, Avilés, Larco, Tapia y Oviedo. Me he movido de un sitio a otro en transporte público y a veces a pie. Es cierto que unos paisanos me echaron de un bar, pero en el resto del viaje he conocido a mucha gente. Chicos y chicas con los que coincidíamos en bares, conciertos, autobuses, playas? Cocineras de bares, recepcionistas de hoteles, dueñas de chiringuitos. Nadie me ha tratado mal, y he hablado con un montón de personas. En dos casos me he alojado en casa de asturianas (Lourdes y Lucía). No he percibido el odio que percibo en redes.

Entre los cien mil mensajes de odio que he recibido, me llegó uno muy diferente: puro amor. Era de una niña con la que compartimos autobús. No tendría ni quince años. Estuvimos hablando un rato, yo no tenía ni idea de que me había reconocido. Me decía. "Siento que te pase todo esto. Quiero que sepas que me gustó mucho hablar contigo y que tu hija me pareció muy maja". Me gustaría pensar que esta chica representa el futuro de Asturias y que yo podría volver sin miedo.

Es triste que ahora mismo tenga miedo, y no tenga miedo de la noche, ni de la sombra ni de la tiniebla, sino que tenga miedo de la luz, y que tenga mido de la luz porque en ese momento es cuando el mundo se puebla. Que tenga miedo a la gente, a esa imponente ola vociferante que no hace más que repíteme por redes "no vuelvas", "no te queremos aquí". Pero quiero pensar que la Asturias real se representa antes en los ojos claros y llenos de futuro de esa niña que me escribe que en la bilis que vomitan personas a las que nunca he visto. Me gustaría volver, pero no volver con miedo.

Por eso, por favor, si usted ha entendido lo que estoy contando, si ha podido leer hasta aquí, le doy las gracias".