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Las víctimas del brutal siniestro

La farmacia de Soto, epicentro del dolor tras el accidente de autobús en Avilés

"Nos parece increíble, aquí somos una familia", lamentan los compañeros de la botica donde trabajan una cuñada del conductor y una hija de la fallecida Begoña Miranda

Julia Carreño, ayer, ante la farmacia de Soto del Barco. JULIÁN RUS

La farmacia de Soto del Barco es epicentro de la tragedia del autobús de Avilés. En la botica de la calle Puerta del Sol, de guardia estos días, están "agotados, disgustados, destrozados". El grave accidente del lunes les ha tocado de lleno. Vanesa Gutiérrez, hija de la víctima sotobarquense Begoña Miranda, trabaja "desde hace más de doce años" en el establecimiento. "Unos veinte" lleva en el dispensario su compañera Cristina, cuñada de Omar López, el conductor. Vanesa ha perdido a su madre. Cristina tiene a su cuñado mutilado y grave en la UCI del HUCA. La suya es una terrible coincidencia. Un auténtico drama. "Es increíble, surrealista... Aquí somos como una familia", comentaba ayer visiblemente conmocionado Luis Artime, el farmacéutico de Soto.

Ayer era el quinto día de guardia de veinticuatro horas en una farmacia en la que no había más comentarios que los lamentos por la pérdida de una vecina y por la fatal coincidencia. "Conozco a Vanesa de toda la vida, qué desgracia", apuntó la sotobarquense Julia Carreño. En Soto del Barco, residía Begoña Miranda con su marido, Miguel Ángel Gutiérrez. Ella, ama de casa. Él, trabajador de la antigua Terpla, la empresa de plásticos de Pravia. Dicen sus vecinos que Miranda era una mujer "discreta, tímida, callada", siempre "dedicada a la familia". Una gran mujer, una "paisana sencilla".

El destino no pudo ser más cruel con ella. Miranda Herrero, natural de San Martín de Luiña (Cudillero), había conseguido superar un cáncer y hace un año llevó el duro golpe de perder a sus padres (Enriqueta y Ángel Antonio). Fue entonces cuando dejó de visitar su pueblo natal cada semana. "Ahora la casa está normalmente cerrada, pero siempre estaba ahí; era buena vecina y una mujer íntegra", dicen vecinos de la localidad, que pidieron no identificarse y lamentaron "esta pérdida en tan trágicas circunstancias".

Begoña Miranda estaba loca con su nieto Iván, que tiene cinco años. Le cuidaba dos semanas al mes para ayudar a su hijo Iván y su nuera, que residen en Gijón. Así también disfrutaba del niño de sus ojos. Su primer y único nieto era ahora su debilidad. El lunes tocaba visitar al pequeño y se subió al autobús en Soto del Barco que conducía Omar López en torno a la una de la tarde. Nunca llegó a la mayor ciudad de Asturias, su destino. Un pilar de un puente y una fatalidad le segó la vida a los 55 años.

Era de las que solía viajar en los primeros asientos. Se mareaba con facilidad. El brutal impacto le tocó de lleno, de ahí que las tareas para identificarla resultaran complicadas. Mientras los forenses realizaban su trabajo tras el grave siniestro, su familia vagó durante cuatro horas por los hospitales en su busca. La esperanza se hizo trizas a las cinco y media de la tarde del lunes, cuando se confirmó que Miranda Herrero era una de las víctimas mortales del accidente

Miranda deja viudo a Miguel Ángel Gutiérrez y huérfanos a Alejandro, Iván y Vanesa, muy conocidos y queridos en Soto del Barco. Alejandro está volcado con iniciativas solidarias y forma parte del colectivo "Deporte vs cáncer infantil", que vuelve a estar de luto tras el reciente fallecimiento del pequeño Manu Barrera. "Es una fatal pérdida; solo podemos despedir a Begoña en el funeral y estar cerca de la familia", dijo una mujer a la salida del tanatorio de Cudillero, donde a lo largo de toda la jornada acudieron amigos, vecinos y allegados a la familia para acompañarla en su dolor. El funeral, que se prevé multitudinario, se celebrará hoy a las 17.30 horas en la iglesia de San Martín de Luiña.

En Soto del Barco no levantan cabeza. "En julio perdimos a Maige (Pulido, que falleció en accidente de moto), hace quince días al nenín (Manu Barrera, que se apagó tras luchar desde bebé contra la leucemia) y ahora esto ", lamentaba ayer José Luis López. El suyo es el sentir de todo el concejo.

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