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Una de las heridas de la UCI: "El conductor no iba fuerte, es un rapaz muy prudente"

El profesor dado de alta en Urgencias: "Fue tan rápido que no recuerdo gran cosa; yo salgo ahora, pero aquí queda gente que está muy grave"

Juan Luis Díaz Sirgo abandona el área de Urgencias del HUCA. L. Á. V.

Tan solo quedan ingresados cuatro heridos, todos graves, en la UCI del Hospital Universitario Central de Asturias. Ayer recibió el alta hospitalaria el profesor del instituto de La Magdalena (Avilés) Juan Luis Díaz Sirgo, que había sido trasladado al área de Urgencias del HUCA donde pasó la noche del lunes al martes en observación. Y también pudo irse a su casa la joven de 28 años que había ingresado anteayer en el Hospital de Cabueñes.

Una de las mujeres que permanece ingresada en la UCI del HUCA, la gijonesa B. F. F., de 44 años, se dirigía a su domicilio en el momento del accidente para comer tras haber salido del comercio avilesino donde trabajó estos últimos días cubriendo la ausencia vacacional de una compañera. Habitualmente, esta mujer trabajaba en una tienda gijonesa de la misma firma comercial; de hecho, esta semana iba a acabar la sustitución vacacional y se iba a reintegrar a su rutina.

Tranquila y animada

Las familiares que han visto a B. F. F. en la UCI, donde están restringidas las visitas y la duración de las mismas, comentaron que "está tranquila y animada" y que presenta "buen aspecto, dentro de lo que cabe; sin señales externas de grandes heridas, salvo una hinchazón facial y un collarín cervical".

Todo hace suponer que esta viajera, que se había sentado hacia la mitad del autobús, golpeó con la cara contra el asiento precedente en el momento del brutal choque del vehículo contra el pilar de un viaducto en construcción. El parte médico reseña como principales lesiones fracturas de huesos de la cara y del tabique nasal; la previsión es que sea operada de esas heridas durante la jornada de hoy, miércoles.

A las visitas, B. F. F. les dijo ayer que apenas recuerda nada del accidente salvo que el autobús "se llevó por delante unos pivotes". A partir de ahí, una laguna mental, síntoma propio de personas que han sufrido una conmoción. La viajera relató a sus familiares que desconoce cómo salió del autobús, si por sus medios o auxiliada. También les dijo que el conductor, al que conocía de anteriores viajes, "no iba fuerte cuando pasó el accidente, de hecho es un rapaz que siempre circula muy prudente".

Como se ve, pocos detalles de lo ocurrido en el autobús de la muerte. El profesor dado de alta -poco antes de las dos y media de la tarde de ayer- tampoco pudo dar muchos detalles del accidente. Al salir del área de Urgencias presentaba un fuerte golpe en la parte derecha del rostro, que le afectaba también al ojo. En los brazos también presentaba algún moretón.

En su rostro se dibujaba claramente la zozobra vivida desde el lunes a las dos menos veinte de la tarde. "Había salido del instituto e iba a comer a casa, en Gijón. La verdad es que fue tan rápido que no recuerdo gran cosa. No sé cómo se produjo el accidente", confesó Juan Luis Díaz, deseando regresar al hogar tras la dura peripecia vivida. Por tanto, nada puede aportar sobre las causas de un siniestro que conmociona no solo a Asturias, sino a todo el país.

"Estoy muy dolido"

El profesor, que forma parte del equipo directivo del instituto de La Magdalena, estaba realmente entristecido por los ocurrido. En algunas de las fotos que se realizaron nada más producirse el accidente se le ve deambular junto al autobús, impactado por la visión de los fallecidos y heridos. "Estoy muy dolido, sobre todo por las víctimas. A mí me han dado de alta, pero aquí todavía queda gente que está muy grave", acertó a decir, mientras se marchaba hacia el coche, caminando sin mayores problemas.

El profesor y sus allegados no han dejado de recibir llamadas durante todo este tiempo interesándose por su estado, y confesó sentirse un poco agobiado, aunque agradecido por el interés mostrado por todos. No obstante, querría tener tranquilidad para poder superar la pesadilla del accidente.

Otra profesora, Mercedes Albuerne, de 62 años y que imparte francés, es una de las heridas que se encuentra en estado crítico.

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