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Hilo directo con la Santina

Cuatro monjas brasileñas, "enamoradas de Asturias", Fabiola, Conceição, Romilda y Thaiane, cuidan los mantos de la Virgen

Maria da Conceição dos Santos y Fabiola Pereira da Silva, en el taller con dos mantos de la Virgen de Covadonga IRMA COLLÍN

Entregadas a la Virgen de Covadonga y enamoradas de Asturias. La madre Maria da Conceição dos Santos y las hermanas Fabiola Pereira, Romilda Lopes y Thaiane de Miranda ni habían oído hablar de la Santina, ni sabían dónde estaba su santuario, pero les encomendaron una misión y, "con alegría", se pusieron en camino. Fue hace nueve años cuando a las monjas de la fundación brasileña de la congregación de las Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo les encargaron atender a los niños de la escolanía de Covadonga. Les encantó el lugar, la agreste naturaleza, su tranquilidad y, sobre todo, la Virgen asturiana. Es para ellas "un honor" vivir en el santuario cangués. Además, tienen encomendada una labor "especial": cuidar de los mantos de la Santina y preparar y vestir la imagen para la visita de mañana de los Reyes y sus hijas.

Son más de 30 los mantos que están en uso, y aproximadamente 50 los existentes, muchos procedentes de regalos y algunos ya retirados por su estado. No es fácil cuidar ropas en Covadonga. "Hay mucha humedad", así que los mantos deben mantenerse a temperatura ambiente, con la ayuda de deshumidificadores y han de ser aireados, lejos de la luz y del sol, y sometidos de vez en cuando a limpiezas en seco.

Ya lo tienen todo preparado para la visita real. La Santina vestirá mañana el conjunto que regaló hace justo cien años el rey Alfonso XIII, recién restaurado, con motivo de la coronación canónica de la Virgen. Habrá una excepción: llevará un manto rojo, en vez del verde del conjunto real. Ello porque la imagen más habitual de la Santina incluye el manto rojo, y así aparece además (erróneamente) en las fotos coloreadas de hace un siglo.

El conjunto que lucirá la Santina lleva las iniciales reales: una "A" por el rey Alfonso y una "C" por su madre, María Cristina de Habsburgo-Lorena, regente de España entre 1885 y 1902. Las monjas están "encantadas" con su "misión" y con "servir al Señor" en Covadonga. "Ya tenemos el corazón asturiano", resalta la hermana Fabiola, quien asegura que si la Iglesia les pidiera marchar del santuario para acudir a otra misión lo harían "con alegría", aunque también "con pena", sobre todo por alejarse de la Santina y por el "cariño" y la "fe" de la gente que acude al santuario. "Covadonga es un todo, naturaleza, espiritualidad, devoción..." y "vivir en un santuario, estar con Ella (la Virgen) es un honor", como lo es también convivir con los niños de la escolanía y con los peregrinos, resaltan las religiosas de una congregación dedicada a la evangelización desde distintos ámbitos.

"Pedimos mucho por la fe de España", señala la hermana Fabiola, que junto a sus compañeras se encarga de atender a los 30 niños que integran en la actualidad la escolanía de Covadonga. Las monjas se muestran "alegres" y "contentas" por tomar parte en un evento histórico como el de mañana, aunque creen que a ellas no les tocará saludar a los Reyes y a sus hijas, pues con suerte podrán verlos desde lejos.

Las Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo sustituyeron hace nueve años a las Teresianas, que realizaban la misma labor en el santuario cangués desde el año 1940.

En Covadonga también viven otras monjas, las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, que llegaron invitadas por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, el 29 de octubre de 2014, con la misión de hacerse cargo de la Casa de Ejercicios, lugar de espiritualidad que la diócesis tiene a los pies de la cueva de la Santina.

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