José Javier Izquierdo Roncero, secretario general de Infraestructuras, es castellano de origen y asturiano de cuna: nació en 1970 en Mieres a donde había sido destinado su padre. Vivió en Asturias hasta los 6 años, cuando se trasladó con su familia a Valladolid. Regresó al Principado en 2003, al ser nombrado director general de Urbanismo y Ordenación del Territorio, cargo en el que permaneció durante cuatro años. Es arquitecto, procurador en Cortes de Castilla y León desde 2015 y secretario de formación en la comisión ejecutiva federal del PSOE.
-¿Qué recuerdo guarda de su etapa en la Administración autonómica?
-Muy positivo. Siempre me sorprendió que, pese a la creencia general, Asturias estaba muy avanzada en algunas materias. Por ejemplo, entonces aprobamos el POLA (Plan de Ordenación del Litoral Asturiano), un magnífico ejemplo de una política que aúna la ordenación de los accesos a las playas con la conservación del patrimonio natural, del paisaje litoral, que es un valor identitario de Asturias de primera magnitud. El litoral asturiano es un recurso económico porque mucha gente acude a conocer una costa que no está agredida urbanísticamente, fruto de las políticas que se pusieron en marcha desde el inicio de la autonomía. De aquella etapa estoy también muy orgulloso de la ordenación de Rodiles.
-¿Y de Sogepsa?
-Más allá de los avatares posteriores, se aplicó una política de suelo industrial y de vivienda protegida muy de vanguardia. No conozco otras experiencias similares en el resto del país. Es muy importante que haya un gobierno con voluntad política de actuar en el mercado para dar soluciones de vivienda a sus ciudadanos y de suelo industrial a las empresas a precios competitivos.
-¿Mantendrá el Gobierno las inversiones anunciadas en materia de infraestructuras?
-Lo más importante en materia de infraestructuras es ser transparente con la gente y no generar falsas expectativas. Hubo una época en la que parecía que un ministro asturiano le había dado un gran impulso a las obras, pero todos vimos que igual que un día las adjudicaba al siguiente firmaba órdenes paralizándolas, como ocurrió con la autovía del Cantábrico. Eso es lo peor que se puede hacer: generar falsas expectativas, porque va en descrédito de la política. Hay que decirle a la gente las cosas como son, lo que se puede hacer, si hay recursos, si no los hay, y sobre todo no engañar, nunca trasladar un mensaje que no se corresponda con la realidad.
-¿Considera justificada la sensación de agravio, mayoritaria entre los asturianos, por el déficit de infraestructuras y la tardanza en ejecutarlas una vez programadas?
-Siendo transparente se evitan las sensaciones de agravio pues la gente entiende por qué las infraestructuras tardan tanto en hacerse o en ponerse en servicio. En este sentido, el Ministro (José Luis Ábalos) ha anunciado una aplicación en la web del Ministerio que informará a los ciudadanos sobre el estado en que se encuentran las infraestructuras, cuál es su desarrollo y las inversiones previstas en el conjunto del país.
-Pero en Asturias faltan infraestructuras...
-Es verdad, pero este Ministerio, en distintas etapas, con distintos gobiernos, ha ido impulsando actuaciones y la situación actual no se parece, ni mucho menos, a la que había hace veinte años, afortunadamente. La culminación de la autovía del Cantábrico, lo que supondrá en su momento la llegada de la alta velocidad... son avances importantes con un coste económico enorme; algo que quizá trasladamos poco a los ciudadanos, porque es dinero de sus impuestos y porque lo que nos limita fundamentalmente es la cantidad de recursos disponibles para acometer las múltiples demandas que existen en el conjunto del territorio nacional. Hay sensación de agravio en muchos territorios. Entiendo que la gente reivindique y que quiera tener las mejores infraestructuras posibles, pero también pido comprensión porque tratamos de hacer un país lo más equilibrado posible.
-Pero los asturianos están condenados a pagar los peajes más caros de España por carretera, a tardar cuatro horas en llegar a Madrid en tren y a sufrir billetes de avión con precios muy elevados. No parece solo una sensación de agravio.
-Haríamos bien en abrir el foco y ver qué ocurre en otros territorios, porque las reivindicaciones se parecen mucho. En todas partes hay reivindicaciones justas y razonables. Con los recursos limitados de que disponemos intentamos dar los mejores servicios a todos los ciudadanos.
-El anterior gobierno anunció en abril 100 millones para habilitar un tercer carril en la autopista "Y". ¿Sigue adelante este proyecto?
-El anterior ministro (Íñigo de la Serna) lanzó promesas en distintos territorios por valor de 44.000 millones de euros, de los cuales 27.000 millones eran para el ferrocarril, unas cantidades inabordables. En realidad, en 2017 se ejecutaron 1.300 millones y desde 2013 solo se ejecutó el 45 por ciento de lo presupuestado. Vuelvo a la trasparencia: hay que decirle a la gente las cosas tal cual son, lanzar mensajes de certidumbre y no intentar quedar bien en todas partes y el que venga detrás que arree. En cuanto al tercer carril, hay una orden de estudio y, aunque está en una fase muy incipiente todavía, lo hemos colocado en un lugar prioritario en la programación de las infraestructuras.
-¿Podría ser ese tercer carril de la "Y" un bus-VAO, como se ha planteado desde algunos sectores?
-Tenemos que hablarlo con el Principado, que es el que mejor conoce las necesidades, y que tiene entre sus prioridades mejorar la movilidad en transporte público e intentar que el vehículo particular se desplace menos por la "Y" y por el área central de Asturias. En eso nos van a tener de su lado.
