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Asturianos tras los pasos del rey

Cinco testigos de una de las primeras visitas del actual monarca, entonces Príncipe de Asturias, regresan hoy a Covadonga: "nos apetece mucho ir, la presencia de Leonor está cargada de simbolismo"

Treinta y ocho años pasan volando. Lo dicen los cinco entrevistados por LA NUEVA ESPAÑA que en el año 1980 fueron testigos de excepción de la primera visita oficial del Rey Felipe VI, entonces Príncipe de Asturias. Los cinco subirán hoy a Covadonga para ver cómo la pequeña Leonor repite los pasos de su progenitor dejando claro que es la sucesora de la Corona española. Entre ellos figura el actual director del coro de voces blancas de Covadonga, Jorge de la Vega, quien entonces contaba con 12 años, la misma edad del monarca. "Yo era un crío y como tal lo viví, sin grandes preocupaciones. Sólo me acuerdo de que había mucho bullicio y gran expectación", cuenta. No era la primera vez que se veía con don Felipe, quien en 1977 ya hizo una breve aparición en Covadonga para refrendar su título de Príncipe. "La primera vez vino cuando ni se había aprobado la Constitución y fue menos mediática. La gente confunde o sólo se acuerda de la segunda y del paseo que dio después por Cangas de Onís con la Corporación", indica. De la Vega recuerda haber amenizado con sus cánticos el evento, donde se hizo entrega de una túnica a Felipe como escolano de honor. El director de la Escolanía apunta a que la visita de Leonor "está cargada de un simbolismo total" que busca "vincular la primera capital del Reino astur con la corona". A su juicio, es un honor que la Casa Real haya pensado en Covadonga para la puesta de largo de la Princesa. "Yo lo viviré de forma especial dirigiendo la actuación de los escolanos, entre los que se encuentran mis dos hijos pequeños, Alejandro y Miguel", explica. De la Vega hace hincapié en la labor de los menores, con tres ensayos diarios y el compromiso de educadores y familias "que trabajan para que todo salga perfecto". No obstante subraya que el día 8 de septiembre la protagonista indiscutible siempre es y será la Santina. "Por y para ella cantamos y lo demás es secundario", resalta un poco apenado porque por cuestiones de seguridad la imagen no pueda salir en procesión en tan señalada fecha.

En la primera visita oficial del Príncipe de Asturias de 1980 también jugó un papel destacado Luis Miguel Ortiz Cortés, primer alcalde cangués de la etapa democrática bajo las siglas de Unión de Centro Democrático (UCD). Con 89 años recién cumplidos Ortiz aún conserva casi intactos los recuerdos de aquel 24 de septiembre. Según relata, la Casa Real se encargó de todos los preparativos. "Después me mandaron fotos que guardo con mucho cariño. Si algo destacaría es que todo se hizo con mucha naturalidad, sin un protocolo estricto y que los cangueses se volcaron con el evento". El exregidor recuerda cómo el séquito real se desplazó en elegantes coches hasta Covadonga procedente del aeropuerto de Asturias, donde aterrizaron pasadas las nueve de la mañana. Tras una visita a la cueva y a la basílica y el descubrimiento de una inscripción conmemorativa, la comitiva se trasladó al Ayuntamiento cangués, donde hubo una recepción municipal. "Desde el balcón del Ayuntamiento di un discurso que escribí personalmente y en el dije lo que me apetecía. Otro momento emotivo fue cuando le hice entrega a Juan Carlos del bastón de mando de la ciudad", cuenta orgulloso Ortiz. Las anécdotas que acumula de aquel día no son pocas. Como cuando a punto de concluir la visita le dijo a Juan Carlos I si quería ver salmones en el río Sella y éste aceptó rompiendo el protocolo y recorriendo a pie la principal calle de Cangas de Onís hasta el puente "romano". "Hubo suerte y divisamos dos o tres", rememora. "Durante la comida que hubo a continuación en la finca de Les Huelgues el monarca, muy campechano, se dirigió a mí personalmente con naturalidad para indicarme que iba a acompañar a su hijo al baño porque desde el vuelo matinal se encontraba algo indispuesto", dijo. Del pequeño Felipe señala que era un niño guapo y que permaneció muy quieto. "En alguna visita que hizo a Asturias siendo ya mayor de edad volvimos a coincidir, pero ya no se acordaba de mí. Creo que lo está haciendo muy bien como Rey y se le ve un hombre serio", apuntó el exregidor, consciente de que la visita de Leonor "tendrá una repercusión muy positiva para el concejo". Invitado por el actual alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González Castro (PP), Ortiz tomará parte destacada en la recepción oficial hoy en Covadonga. "Me apetece mucho ir, pero tendrá que acompañarme mi hija Emma porque sufro algún mareo", relata.

Quien tampoco se perderá hoy la primera visita oficial de Leonor a la región es María Rosa Guadalupe Díaz, única concejala de la Corporación municipal canguesa en 1980. "Es una pena que por seguridad corten el acceso por carretera al santuario. Siempre me subía una amiga en coche a primera hora del día 8 a ver a la Santina y esta vez tomaré uno de los buses que fleta gratis el Ayuntamiento para ver a la Virgen", narra. "El acto está cargado de simbolismo. La Corona siempre ha tenido mucha consideración con Covadonga por ser la cuna de la Reconquista y para nosotros significa mucho, es precioso que la primera visita de Leonor, que es una cría muy salada, sea en nuestra tierra", asevera. Guadalupe no tiene más que buenas palabras para la Familia Real. "Felipe lo está haciendo muy bien, consigue muchas cosas para España con los viajes que hace fuera que la gente no ve". Respecto al acto de 1980 guarda grandes recuerdos. "La Reina Sofía, toda una señora, nos pidió que disculpáramos al Príncipe porque se había levantado a las seis de la mañana y venía muy cansado. Juan Carlos también fue un señor y me cedió el paso de la que subíamos las escaleras para la recepción en el Ayuntamiento. Me dijo: 'Las damas primero' ", rememora.

A otros como el camarero Francisco Viesca Arobes la primera visita oficial del Príncipe de Asturias los pilló trabajando. Tras la barra del Gran Hotel Pelayo de Covadonga y con 18 años recién cumplidos, este vecino de Onís se encargó de servir, entre otros, a los muchos periodistas que se acercaron a cubrir los actos

"De aquélla no había tantos teléfonos ni cámaras y te enterabas de lo que pasaba al día siguiente por el periódico. La noche antes de la visita había muchas autoridades y atendí a gente que conocía de ver en el telediario como el fallecido Pedro Macía", relata. "Esta vez me tocará servir en persona el cóctel a los Reyes, pero no estoy nervioso. Los atenderé lo mejor que pueda como hago con todos los clientes. Sólo deseo que todo salga perfecto y se lleven un buen recuerdo", resalta. Para Viesca la visita es un nuevo paso en la presentación de Leonor como heredera de Felipe VI tras la imposición del Toisón de Oro en enero.

José Luis Galán Serrano fue el encargado de que Felipe VI encontrara unos jardines limpios y cuidados en su llegada a Covadonga en 1980 y estas últimas semanas trabajó a destajo para que Leonor disfrute de unos espacios verdes bien acondicionados. El avilesino empezó a trabajar en el santuario en octubre de 1976 y desde entonces no han sido pocas las celebridades que pasaron por la cueva para ver a la Santina, pero confiesa que pocas le hacen tanta ilusión como la de la Princesa de Asturias. "Nervios siempre hay porque no pensé que llegaría a ver este día y soy consciente de que, junto con la visita del Papa Juan Pablo, éste es un momento crucial para la historia". "Como cuando vino por primera vez Felipe son días de mucho trabajo para nosotros, de tener la desbrozadora en la mano todo el día. En 1980 me coloqué donde la casa capitular y estuve a cuarenta metros del Príncipe, pero en esta ocasión hay mucha más seguridad y protocolo, no sé si podré seguir el evento tan de cerca. Además hay que estar vigilante por si surgen contratiempos: los ojos del mundo están puestos hoy en Covadonga", concluye.

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