Asturias, y en especial Covadonga, vive hoy un momento clave en su historia. Los Reyes de España con sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, visitan el Principado en la puesta de largo de la heredera al trono a sus 12 años.

Está previsto que los Reyes y sus hijas lleguen al real sitio pasadas las once y media de la mañana y se marchen bien entrada la tarde, más allá de las siete, tras inaugurar un mirador sobre el lago Enol, en el parque nacional de los Picos de Europa. La cita se enmarca en un triple centenario (coronación canóniga de la Santina, creación del parque nacional y el 1.300.º aniversario de la creación del Reino de Asturias) que se antoja dejará huella en la región. Las niñas recibirán en la cueva dos medallas de oro de la Santina. La Princesa también será obsequiada con una la insignia de Asturias, igual que la entregada a su padre en 1977. Estos regalos fueron diseñados especialmente para la ocasión por los joyeros ovetenses Quirós.

Ayer, faltando apenas horas para que Covadonga viviese su memorable encuentro con la historia, si algo abundaba en todo el real sitio eran los nervios. La cuenta atrás, después de días de intensos prolegómenos, llegaba a su fin. Y eso era algo que se palpaba en el ambiente, "la de mañana va a ser una jornada para el recuerdo", coincidían los allí presentes conscientes de la relevancia de un acontecimiento que, tras de sí, esconde horas de trabajo y esfuerzo, materializadas hoy en Asturias, pero con proyección sobre el resto de España. Saberlo impresionaba. Bastaba fijarse en el incansable movimiento de figuras humanas y de maquinaria desplegadas por las vías del santuario.

Un gentío de trabajadores y voluntarios que con afán preparaban hasta el más nimio de los detalles. Cada punto, cada espacio del entorno, no hay duda, ha sido analizado, usado, reformado o simplemente observado por alguno de los nómadas que ayer poblaban Covadonga. Árboles, alfombras, andamios, pantallas gigantes, vallas, banderas, estandartes, cámaras de televisión, cables... por completo, absolutamente todo el real sitio parecía abocado a convertirse "en un gran decorado", comentaban entre risas algunos operarios de medios, sobre el que se está escribiendo una página más de la vasta crónica del Principado. Y en medio de ese hormiguero, estaban los inesperados visitantes venidos de media España que, sorprendidos por el escenario, se lanzaban a preguntar con presteza lo que allí iba a suceder. "Pero, ¿qué es todo esto?", interrogaba una turista con acento argentino a un policía. "Que mañana vienen los Reyes, señora", le respondía el funcionario. Por supuesto, los había que ya acudían a Covadonga con la lección aprendida, dispuestos a inmortalizar los preparativos y huir así de la vorágine del acto mismo. El clero se fundía con los laicos, los cuerpos de seguridad con los civiles, los trabajadores con los viajeros, en una jornada de intensos preparativos.

La primera de las paradas que la comitiva real realiza hoy es la santa cueva. Tras recorrer a pie los metros que separan la calle de ese escenario, en el que previsiblemente entrarán unos pocos elegidos a eso de las 11.40 de la mañana, la Princesa será recibida por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, quien pronunciará unas breves palabras de bienvenida después del cual tendrán un momento de "recogimiento espiritual", confesaban fuentes del santuario. Ayer, el refugio de la Santina lucía diferente, sus suelos cubiertos de alfombras, los bancos desalojados y cámaras de vídeo en cada esquina. La imagen de la Virgen vestía el manto verde de Alfonso XIII, pero dispone hoy del rojo, el "habitual en ocasiones especiales", contaban las monjas encargadas de ese vestuario. También, colocadas a su alrededor, muchas más flores de lo habitual, y mientras unos operarios de televisión se afanaban en colocar los últimos cables para garantizar el sonido, varios voluntarios del Arzobispado tiraban de escoba y trapo para limpiar los suelos de la santa cueva. Cerrará ese momento el gaitero Hevia con la interpretación del Himno de Covadonga.

El siguiente punto del recorrido, que se alcanzará a las 12.00, es la eucaristía en la basílica. Oficiada por el Arzobispo y cantada por la Escolanía, la misa durará entre 40 y 50 minutos, tras la cual no se celebrará una procesión posterior. Ayer, el lugar ya estaba convenientemente preparado para la ocasión, con pantallas de televisión en cada columna, banderas a ambos lados del altar, decoración floral y una larga alfombra roja por toda la nave central. Además eran visibles las grandes grúas colocadas por las televisiones para ofrecer una cobertura satelital del acto.

A la salida de la eucaristía tendrá lugar el tercer momento clave del día: la ofrenda ante la estatua de Don Pelayo a las 12.40 horas. Dos jóvenes cangueses de la misma edad que la Princesa Leonor (Ángel Amandi y Javier Escandón) harán entrega a la heredera al trono de una corona laurel que ésta depositará a los pies del primer rey de Asturias. Mientras tanto, la Banda de Gaitas "Ciudad de Cangas de Onís", dirigida por Jesús Miguel Gómez Pellico, interpretará el himno del Principado. Tras ello, está previsto que los Reyes descubran una placa conmemorativa de su visita adosada a la fachada principal de la casa capitular. Ayer, varios efectivos de la Guardia Civil de Subsuelo venidos desde Madrid se afanaban en revisar cada una de las alcantarillas de la explanada y los alrededores del real sitio, precintando cada agujero con un sello especial.

A las 13.30 horas, los Reyes y sus hijas visitarán en el Museo de Covadonga la exposición de la serie cronológica de los Reyes de España, una muestra de cuadros de gran valor que repasan la historia de la monarquía nacional. Tras lo cual, subirán a la planta superior para contemplar, asistidos por su creador, el fotógrafo madrileño Fernando Manso, las 21 instantáneas que componen la exposición "Covadonga real y mística".

Ayer por la mañana, Manso ultimaba la puesta de largo de su trabajo, al que ha dedicado "siete meses e innumerables visitas a Asturias" desde que recibió el encargo de la Casa del Rey. Este profesional, conocido como "el fotógrafo más paciente del mundo", reconoce haber llegado a tardar tres años en obtener una instantánea deseada. La muestra que verán hoy los Reyes "funde la arquitectura de la basílica con los entornos naturales que rodean al real sitio", cuenta su creador. Manso, que rehúye las técnicas fotográficas digitales, se sirve para ello de una réplica de cámara de negativos con fuelle. La comitiva también pasará luego ante una vitrina con una nueva una moneda conmemorativa de los 1.300 años del Reino de Asturias en que aparecen la Princesa y su padre. Una vez terminada la visita, la comitiva se dirigirá al Gran Hotel Pelayo, donde está previsto que se celebre un cóctel de entrada restringida.

Ya por la tarde, a las 18.00 horas, la Familia Real retomará su agenda con una subida a los lagos de Covadonga. Allí, sobre el lago Enol, la Princesa inaugurará un mirador de piedra que será bautizado con su nombre. En los últimos días, ese balcón sobre los Picos de Europa ya lucía completamente terminado, si bien para acceder a él, la comitiva tendrá que superar una zizagueante subida de unos cien metros, cubierta de barro y piedras.

A continuación (sobre las 18.30) es cuando se prevé que el alcalde de Cangas de Onís haga entrega a la Princesa (y a su hermana Sofía) de una yegua de la montaña asturiana. El animal, de unos siete años y color negro, se quedará no obstante en el Principado, donde será cuidado por el Ayuntamiento cangués. Las hijas del Rey recibieron el anuncio de este regalo con "emoción y alegría", poniéndole nombre al instante: se llamará "Xana". Con ello se espera, finalice un día histórico para Asturias.