"Ye el día de Asturies, pero no el de los asturianos. Asturies nun tien rei". A los que fueron a la manifestación por la república no les hacía "nada de gracia" el acto que al mismo tiempo tenía lugar esta mañna en Covadonga: "Tratan de asociar la figura de los Reyes Astures a la de la monarquía borbónica, algo que es totalmente falso y para ello se gastan nuestro dinero. Esto es una muestra de fuerza del pueblo asturiano", señala Moises Cima, portavoz de la organización que convocó un protesta este mediodía en la antigua capital del reino de Asturias.

Casi trescientas personas recorrieron los más de diez kilómetros que separan Arriondas de Cangas de Onís, para reclamar su derecho a una república. Sin embargo, no todos, ni mucho menos, hablaban de república española. La mayoría de ellos portaban asturinas (banderas independentistas) y pedían la soberanía de Asturias al grito de: "Asturias mañana será republicana".

Otros portaban la tricolor: "Cada uno va con bandera que siente, pero todos tenemos un objetivo común, acabar con la monarquía", señala Marcos Fernández.

También había bastantes lazos amarillos y banderas independentistas catalanas. "Queremos denunciar la existencia de presos políticos en España. Cataluña tiene sus derechos. Su lucha viene de muy atrás y precisamente gracias a contar con el apoyo de los burgueses han llegado más lejos que nosotros, los asturianos, donde solo luchamos las clases populares", explica Violeta Sánchez, que porta una bandera catalana con la estrella roja.

A parte de las enseñas también hubo cánticos: "Asturias no es España", "los Borbones a los tiburones", "los Borbones son unos fartones" y "Leonor escucha, Asturias está de lucha", entre otros.

Las anécdotas se sucedieron entre cántico y cántico. Al paso por la gasolinera ubicada en la salida de Arriondas, los manifestantes tapaban el paso de un vehículo, cuyo conductor gritó: "Voy a una boda". Los asistentes le dejaron salir, no sin antes preguntarle: "¿No será la de la reina?.

Hora y media después, cuando los movilizados llegaron a Cangas de Onís, un vecino les recibió desde el balcón con una enseña franquista y gestos despectivos. A lo que los republicanos contestaron cantando con más intensidad.