Milos Smilnak es un apasionado checo del ciclismo. Y, desde Málaga hasta Madrid, está siguiendo a La Vuelta, que estos días pasa por Asturias. Se enteró de la visita real a Covadonga y allí se plantó sin pasar precisamente desapercibido: con una bicicleta de madera, personalizada para seguir la ronda española. Unos cuernos de toro en el manillar y un mapa de España tallado en el cuadro. No le faltaba un casco de madera y su pequeño perro, que le acompaña en un viaje que también ha hecho con el Tour de Francia y el Giro de Italia.

Pero Smilnak no tiene empacho en reconocer que el momento más mágico que ha vivido en su aventura es ajeno al ciclismo. "Le di la mano al Rey, fue asombroso. Ha sido el mejor momento de mi viaje sin duda", afirmaba con una sonrisa de oreja a oreja. También mantuvo una breve conversación con el monarca en inglés. "Me preguntó que por qué llevaba una bicicleta así. Y le dije que es un tributo a La Vuelta. Para mí, fue un honor poder saludar a Felipe VI", contaba. Hoy le tocará volver a Covadonga, pero para seguir la etapa ciclista de los Lagos.