Como el ya lejano 1 de noviembre de 1977, en el que el futuro Felipe VI recibió de manos de su padre, Juan Carlos I, la insignia que le presentaba ante el mundo como Príncipe de Asturias, ayer, durante su primera visita a Covadonga y como marca una tradición que se remonta al siglo XIV, Leonor también recibió del monarca una Cruz de la Victoria que ha sido elaborada con oro obtenido del bateo de ríos asturianos por la joyería ovetense Quirós Arte-Joya. Se trata de un acto de carácter dinástico y no político, puesto que Leonor ya es considerada legalmente como Princesa de Asturias y heredera al trono desde la abdicación de su abuelo Juan Carlos.

La insignia, sobre la que figura la Corona Real, está hecha de oro de 18 kilates, con una orla de oro blanco sobre la que figura el lema "Hoc signo tuetur pius. Hoc signo vincitur inimicus" ("Con este emblema se defiende al piadoso. Con este emblema se vence al enemigo", en latín), que figura en la Cruz de la Victoria que se encuentra en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, y que fue donada por Alfonso III el Magno en el siglo X. En el reverso, enmarcado en una orla, figura el nombre de Leonor, Princesa de Asturias. Quirós Arte-Joya ha sido la joyería de confianza de la Reina Sofía, motivo por el que recibió el encargo de realizar la insignia de la Princesa de Asturias.

Pero ayer hubo más regalos. El presidente del Principado, Javier Fernández, hizo entrega a la Princesa de Asturias y a su hermana Sofía, tras la ofrenda floral a Pelayo, de dos botones visigodos de gran valor, un acto que tuvo lugar en la casa Capitular del Santuario.

Uno de los últimos jalones de este apretado viaje al santuario de Covadonga de la Familia Real fue la visita a la exposición de una vitrina de la moneda conmemorativa del 1.300 aniversario del reino de Asturias, que incluye el troquel, los bocetos y la historia de su fabricación. El recorrido por la exposición contó con las explicaciones de presidente-director general de la Real Casa de la Moneda y Timbre, Jaime Sánchez Revenga.