Xuacu Rodríguez ha dimitido como secretario de Organización de Podemos Asturies para retomar su trabajo como cocinero. Lo sustituye Jara Cosculluela. Rodríguez nació hace 34 años en Madrid, aunque su familia es oriunda de Cangas del Narcea. Decidió trasladarse a vivir en Asturias en 2005.
- ¿Por qué deja la Secretaría de Organización?
-En Podemos tenemos un compromiso ético que limita nuestra estancia en la política a ocho años, pero no es necesario agotarlos. Se ha cumplido un ciclo y quiero retomar mi actividad profesional, en parte por el cansancio acusado que supone el hecho de que somos gente normal que ha construido un partido de la nada, ha entrado en gobiernos municipales, negocia presupuestos.. Todo eso desgasta. No somos profesionales de la política. Es mejor para el proyecto que entre otra gente a inyectar fuerza y con nuevas ideas. La nuestra es una carrera de relevos. Tenemos fecha de caducidad. En diciembre se incorporó a la secretaría de Organización Jara Cosculluela. Ahora yo me hago a un lado para que ella siga al frente.
- ¿Seguirá en Podemos?
-Lo defenderé como hasta ahora. De hecho, seguiré en los órganos de dirección.
- ¿Qué ha pasado con los círculos y aquel ímpetu de hace unos años?
-Había que canalizar aquella actividad frenética, a veces descoordinada, que era difícil transformar en iniciativas concretas. Fue un trabajo duro. Ahora estamos más organizados, más estructurados y tenemos más implantación territorial, también en el mundo rural.
- ¿Ha perdido frescura Podemos con esa transformación?
-Sí, pero era imposible trabajar en las instituciones con aquella dinámica. Había que buscar un equilibrio. Pero somos muy escrupulosos con el código ético. Seguimos cobrando tres veces el salario mínimo interprofesional del año que entramos y destinamos el resto del dinero a proyectos sociales. Es una forma de hacer política radicalmente diferente a los demás partidos. No somos un partido más.
- ¿No pierde Podemos al dimitir "pesos pesados" como Emilio León o usted?
-Según la lógica tradicional se puede leer así. Para personas como María Luisa Carcedo o Adrián Barbón, que llevan treinta años viviendo de la política, puede ser un precipicio dejar esa actividad. Para nosotros no es un problema, porque somos gente normal que entramos en un espacio al que no estamos habituados a dar el máximo durante un tiempo, para después volver a nuestra vida. Podemos es un proyecto colectivo, no de una o dos personas. No se debilitará. Tampoco quiere decir que nos vayamos casa: seguimos trabajando.
- ¿Existe división interna?
-Es cierto que hubo un proceso de primarias al que concurrieron tres proyectos. La militancia votó y el que encabeza Daniel Ripa obtuvo un amplio respaldo. Para mí ahí se cerraron las diferencias internas. De hecho hay una dirección plural con representantes de los tres proyectos. Puede haber gente que interprete las dimisiones en clave de división interna, pero eso sería ponérselo muy fácil al régimen de Javier Fernández y la FSA. En Podemos estamos a la altura, no venimos a aferrarnos a un sillón. No vamos a darle al régimen esas ayudas. Y si hay alguien que pretende sacar rédito político de las dimisiones, los militantes les darán un toque de atención, como ya ocurrió en otras ocasiones.
