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Más de 500 depuradoras en manos de concejos no tienen garantías de correcto funcionamiento

Cadasa se ofrece a asesorar a los municipios sobre la gestión de sus instalaciones de saneamiento con la perspectiva de su plan para hacerse cargo del ciclo integral del agua

Más de 500 depuradoras en manos de concejos no tienen garantías de correcto funcionamiento

El saneamiento y la depuración de las aguas residuales está generando graves problemas a muchos ayuntamientos de Asturias. Además de 32 sistemas de interés general, gestionados por el Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa), la región cuenta con 538 depuradoras cuyo funcionamiento depende directamente de las entidades locales. Muchas de estas instalaciones no funcionan correctamente, y en bastantes casos los ayuntamientos, sobre todo los menos poblados de la zona rural, no disponen de medios humanos ni técnicos para asegurar su funcionamiento, ni para saber si la depuración es correcta.

Esta situación preocupa a las autoridades autonómicas, que pretenden aprovechar la experiencia y los medios técnicos y humanos de que dispone Cadasa para asesorar a los ayuntamientos y, en el futuro, asumir el ciclo integral del agua en toda Asturias, como indicó el consejero de Medio Ambiente, Fernando Lastra, el pasado mes de junio, durante una jornada técnica de distribución de agua celebrada en Oviedo. Cadasa está integrada en la actualidad por 29 ayuntamientos de la zona central y el Noroccidente, pero el Principado aspira a que extienda su actividad a otras comarcas.

El saneamiento y la depuración de las aguas residuales en Asturias supusieron en 2017 unos costes de explotación de 33,45 millones de euros. Es la suma del dinero que aportó el año pasado la Junta de Saneamiento a Cadasa (18,67 millones) y a los ayuntamientos (14,78 millones) para garantizar el funcionamiento de los sistemas de depuración. Más números: el Gobierno del Principado invirtió entre 2004 y 2018 un total de 310,47 millones de euros en materia de saneamiento y depuración. Pero hay problemas: muchos ayuntamientos no tienen capacidad para garantizar este servicio. El Principado busca soluciones.

Cadasa gestiona los 32 sistemas de interés general de la región, entre los que figuran los de la cuenca alta del Nalón y las del Caudal, Nora, Noreña, San Claudio, Gubia, Esqueiro, Sella, Güeña, Piloña y Gafo, así como los de las rías de Avilés y su entorno, Villaviciosa y el Eo. Y también el Bajo Nalón, Trubia, Llanes, Cangas del Narcea, Ribadesella, Tineo, Luarca, El Franco, Riosa, Carreño, Cudillero y Bimenes, entre otros concejos. Todas las estaciones depuradoras de estas zonas de la región están en manos del Consorcio de Aguas y su funcionamiento, al margen de incidencias puntuales, es correcto.

Pero en Asturias hay otras 538 depuradoras, a las que en breve se añadirán 22 más, ya proyectadas, que están en manos de los ayuntamientos. Y muchas de estas instalaciones no funcionan correctamente. La dispersión poblacional provoca que municipios como el de Cangas del Narcea tengan en la actualidad 50 depuradoras, a las que se añadirán en el futuro otras 4 más, o que Oviedo tenga 30, Ibias 23, Quirós 22, Peñamellera Baja 21, y Teverga, Somiedo, Amieva y Ponga 19, cada uno. Mantener todas esas instalaciones no resulta fácil para municipios con escasa capacidad económica y sin apenas medios humanos y técnicos para gestionar el servicio.

De los 78 municipios asturianos solo 11 vierten todas las aguas sometidas a depuración a sistemas de interés general gestionados por Cadasa: Avilés, Caravia, Castrillón, El Franco, Gozón, Mieres, Muros del Nalón, Noreña, Pravia, Riosa, Salas, Sobrescobio, Soto del Barco y Villaviciosa. Además, hay cinco concejos que no disponen de ninguna depuradora: Corvera, Cudillero, Laviana, Piloña, San Martín del Rey Aurelio, aunque en el caso piloñés está previsto construir en el futuro ocho estaciones.

La solución que está estudiando el Gobierno del Principado para resolver los problemas de saneamiento y depuración que padece Asturias pasan por Cadasa. La idea es "reinventar" el Consorcio, para que en el futuro se haga cargo del ciclo integral del agua, ofreciendo a los ayuntamientos todos los servicios: potabilización, distribución, abastecimiento y depuración. "Todo ello con el propósito de ser más eficaces y más eficientes" y "ofrecer un mejor servicio y una mayor garantía en la gestión del agua", como ha manifestado Lastra. El primer paso será que el Consorcio asesore a aquellos ayuntamientos que lo demanden.

Cadasa quiere ampliar sus redes: ya negocia con Cangas del Narcea su integración y aspira a "abrir el melón" del Oriente, de momento, para garantizar el suministro de agua en esta comarca, que registra problemas durante las etapas vacacionales, cuando su población se multiplica con la llegada de decenas de miles de turistas.

Pero hay más planes para la "futura Cadasa" y Lastra, el viceconsejero de Medio Ambiente, Benigno Fernández Fano, y el gerente del Consorcio, Julio Pérez, ya adelantaron algunos en junio: asumir la distribución del agua hasta los usuarios finales, aprovechar la red para producir energía (en colaboración con la Fundación Asturiana de la Energía, FAIN) o, como parte de la economía circular, identificar la huella hídrica (indicador del uso de agua dulce). Un primer paso será asumir la gestión en baja en los cinco municipios que ya lo han solicitado: Siero, Noreña, Navia, Gozón y San Martín del Rey Aurelio.

A la vez, el Gobierno del Principado ha iniciado los trámites para la redacción el Plan Director de Saneamiento del Principado de Asturias 2019-2029, con el que se pretende sanear en diez años todos los núcleos de población con más de 100 habitantes.

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