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"No podemos seguir así, la población del lobo se desmadró", claman los ganaderos

Propietarios de la zona de La Mesa, entre Grado y Belmonte, denuncian más de 50 bajas y piden diálogo para afrontar una situación "insoportable"

Antonio Nieto García, ayer, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

"Esto se parece cada vez más al descenso de Dante a los infiernos". Antonio Nieto García, asegura que los continuos ataques del lobo a las cabañas ganaderas del cordal de La Mesa, entre Grado y Belmonte, están provocando un daño enorme al sector. Son ya más de 50 bajas en lo que va de año, terneros y potros la mayoría, casi todas en las zonas bajas.

Él mismo ha perdido cuatro animales, tiene otros dos heridos y uno ha desaparecido. Afirma que la población de lobos "se ha desmadrado", cada vez hay "más daños" y la situación se está volviendo "insoportable" para los ganaderos. Nieto cree que es hora de afrontar el problema, de "sentarse y hablar". "La sociedad urbana tiene que concienciarse de que no podemos seguir así", añade, a la vez que culpa al lobo de la "decadencia del mundo rural".

Nieto es persona de diálogo y consenso: sabe que no puede plantearse la desaparición del lobo, por mucho que su presencia no sea compatible con la presencia de reses, porque la sociedad no lo aceptaría, pero se niega a aceptar que la única alternativa sea "la extinción del ganadero". Cree que debe buscarse un "equilibrio", una "conjunción" que posibilite la continuidad de la ganadería extensiva. Para ello cree que hay que trasladar a la sociedad que el mundo rural no tiene nada que ver con "la casa de los tres cerditos", como pretenden hacer creer algunos colectivos ecologistas.

"Eso que dicen de que cuando se matan lobos se desestructuran las manadas y hay más daños es una solemne tontería, un lobo solo no puede con una ternera de cuatro meses o un potro", señala Nieto, quien considera una "burla" que se paguen 165 euros por un potro y que, encima, haya que esperar un año para cobrar. "Y eso si le caes bien al guarda, porque hay algunos que actúan como señores feudales", resalta. Exige censos reales de la población de lobos, estudios científicos rigurosos y verdaderos controles, porque "el único que se hizo aquí fue mediante una cámara que instaló el Fapas y que constató la presencia de la especie". Nieto demanda buscar una solución negociada antes de que a alguien le dé por envenenar, como ya ocurrió hace medio siglo.

No es el único que ha sufrido daños en las últimas semanas en la zona del cordal de La Mesa. Por ejemplo, José Menéndez perdió cuatro terneros y un potro y Ángel Arias tres potros.

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