Treinta autobuses nocturnos de la región contarán con cámaras de vigilancia para evitar que en ellos se produzcan agresiones, acosos o abusos. Esa es una de las 22 medidas que recoge el "Protocolo contra la violencia sexual en el Principado" creado por el Gobierno autonómico con el fin de sensibilizar, prevenir y actuar sobre las posibles víctimas de estos delitos. El plan, cuyo coste será de 1,3 millones de euros, fue presentado ayer por el consejero de Presidencia y Participación Ciudadana, Guillermo Martínez, quien destacó que su implantación se desarrollará a lo largo del presente año.

Aparte de las cámaras, los buses serán convenientemente rotulados con alusiones a la campaña, los usuarios contarán con puntos de información en las estaciones y los conductores serán formados sobre como actuar en caso de que se produzcan episodios así en sus vehículos. Esta parte del proyecto se desarrolla en común con el Consorcio de Transportes de Asturias (CTA) y supondrá un desembolso de 400.000 euros con cargo a los 2,8 millones asignados a la región en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

El Consejero aprovechó el acto para explicar la necesidad del protocolo recordando que en Asturias entre 2014 y 2017 se denunciaron 57 violaciones (13 en 2014, 8 en 2015, 16 en 2016 y 17 en 2017), 109 agresiones sexuales y 345 acosos sexuales. Además, aseguró que de los meses de enero a junio de este año se han denunciado 103 delitos contra la libertad sexual, de los que 8 eran por violación y los otros 95 por acoso, abuso o agresión sexual. Lo cual, destacó Martínez, supone un repunte con respecto al mismo periodo del 2017.

El segundo apartado, el de sensibilización y prevención, busca reforzar las instituciones y observatorios contra el sexismo, elaborar nuevas guías para evitar el acoso y aumentar la formación en el ámbito educativo. Todo ello con una partida de 450.000 euros.

Y hay una tercera parte, que es la intervención sobre las víctimas. El plan pretende apoyar el trabajo de las ONGs y crear programas específicos para los profesionales del ámbito sanitario, la educación y la justicia. Así como colaborar con ayuntamientos (la Federación Asturiana de Concejos, FACC) y los Centros Asesores de la Mujer de carácter local con personal especializado. Para este apartado se destinarán 435.000 euros.

Un protocolo esperado

Tras la creación de este plan, Asturias se convierte en la cuarta autonomía, tras Aragón, Andalucía y Cantabria en tener un plan específico contra las violencias sexistas en todas sus vertientes.

El documento, de unas 150 páginas, ha sido elaborado por la administración regional en colaboración con la Universidad de Oviedo. Su finalidad es que sea ratificado por todas aquellas instituciones públicas y privadas de Asturias que compartan su contenido y sus valores.

Las profesoras Yolanda Fontanil y Ángeles Alcedo, de la Facultad de Psicología ovetense han participado de forma directa en la elaboración del protocolo. Ambas estaban presentes ayer en la presentación, acompañadas por la directora del Instituto Asturiano de la Mujer, Almudena Cueto.

"No hay un patrón tipo ni una respuesta habitual ante una agresión sexual, son muchas las respuestas posibles", aseguraba Fontanil, quien incidía en que "esos delitos son un crimen contra el cuerpo y la voluntad de la persona que envenenan la sociedad". Para Alcedo, "la víctima debe ser siempre el eje central sobre el que se articulen las políticas", algo que, afirmó, se cumple en este protocolo. Y es que, según la profesora, "la violencia sexual es más amplia que las violaciones, por lo que no suelen verse sus efectos y la mujer se siente desacompañada".

Otra de orientaciones del texto se refiere a la organización de una campaña institucional en torno al 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Habrá campañas en el ámbito deportivo, en los centros educativos y en la Universidad, además de la organización de talleres de defensa personal y nuevas masculinidades.