El Fondo Protector de Animales Salvajes (Fapas) ha presentado sendas denuncias ante las Comandancias de la Guardia Civil en Oviedo y Gijón, tras detectar niveles de arsénico (metal pesado y potencial carcinógeno) 140 veces por encima de lo permitido en los terrenos de la antigua explotación de La Soterraña (Pola de Lena) y ligeramente superiores al límite, que es de 40 miligramos por kilogramo de terreno, en la mina de oro de Boinás (Belmonte de Miranda). Según Fapas, hay ganado pastando en estos terrenos, lo que supone "un problema de salud pública". Mientras, la Consejería de Medio Ambiente dice estar "a la espera" de conocer más detalles.

Los análisis realizados han determinado la presencia de 5.700 milígramos por kilo de este metal pesado en La Soterraña y de 78 en Boinás. A la luz de los resultados, Fapas crítica la actitud de la Consejería, porque "perjudica la imagen de una carne de calidad como la asturiana y, además, puede tener riesgos para la salud de las personas". Por ello instan al Principado "a actuar", por lo que consideran "un problema generalizado en los pastos asturianos".

Los expertos no tienen una opinión clara al respecto. "Es un tema muy delicado. Hablan de dos lugares muy diferentes, la mina de la Soterraña es uno de las zonas más contaminadas de España. Es verdad que las concentraciones de arsénico son muy elevadas y también las de mercurio. En Boinás no se salen de lo normal", expone José Luis Rodríguez Gallego, profesor de la Universidad de Oviedo en el Área de Prospección e Investigación Minera. Rodríguez considera que "faltan estudios específicos para saber si los metales pesados pasan del suelo al pasto, en qué medida lo hacen, y lo mismo del pasto al cuerpo de los animales".

La problemática a la hora de tratar de descontaminar estas zonas, reside en el vacío de responsabilidades que se crea entre la administración y los propietarios de los terrenos. "El problema de esto es que hay una serie de obligaciones legales que están a medias entre la administración y los propietarios. Unos emplazan a los otros a que asuman la responsabilidad de limpiar estos suelos", apunta el profesor.

Fapas por su parte considera que los resultados que han descubierto "probablemente solo sean la punta del iceberg de una situación muy negativa para la salud pública en Asturias. Hay muchos terrenos que se utilizan para ganadería que derivan de la explotación minera. Está aflorando la realidad medioambiental de Asturias", sentencian sus representantes.