Hizo mucho calor en el verano asturiano y se vivirá probablemente un otoño algo más cálido de lo habitual. La primera afirmación responde a datos estadísticos, facilitados ayer por la delegación territorial asturiana de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Y lo del otoño cálido tiene que ver con predicciones, que hay que mantener en cuarentena.

Las estadísticas dicen también que el verano 2018 fue el sexto más lluvioso en Asturias desde 1981. En concreto, el mes de julio fue el tercero más lluvioso de la serie, solo superado por los de 1983 y 1996. La temperatura media del estío, calificado por los meteorólogos como muy cálido, fue de 18,6 grados, lo que supone ocho décimas por encima de la media: el séptimo más caluroso de Asturias desde 1981.

Las máximas del verano en la región tienen una temperatura, dos localizaciones y dos jornadas veraniegas distintas: 34,9 grados los días 3 y 6 de agosto en Ibias y Soto de la Barca (Tineo). Como anécdota, la temperatura mínima fue de 2,4 grados en Leitariegos (2 de agosto).

La mayoría de las máximas tuvieron lugar en una jornada tórrida, no solo en Asturias sino también en toda España, la del 6 de agosto. El delegado territorial de la AEMET, Ángel Gómez Peláez, explicó que a pesar de que los termómetros se dispararon ese día, a Asturias solo le afectó de forma moderada la intensa ola de calor que vivió el país en los primeros siete días de agosto, con temperaturas por encima de los 40 grados en casi la mitad de la península.

Cudillero y Taramundi

Los datos responden al llamado verano meteorológico, que tiene calendario especial: del 1 de junio al 31 de agosto. En estos tres meses estivales llovió de forma muy dispar en Asturias. En la estación meteorológica de San Cristóbal, de Cudillero, el cómputo general de precipitación alcanzó los 356 litros por metro cuadrado, el mayor de Asturias, seguido de Taramundi, con 344 y de Benia, con 330 litros por metro cuadrado.

En cuanto a las medias térmicas, tan solo Gijón (El Musel) y Mieres (Baiña) alcanzaron los veinte grados de media a lo largo de los 92 días. Avilés se acercó, con 19,1, y Oviedo se quedó en 18,8 grados. En la parte menos cálida de la geografía astur, la temperatura media del verano en Pajares fue de 13,4 grados.

A nivel meteorológico el verano de 2018 tuvo de todo, y en algunos casos con estadísticas que se pueden considerar llamativas. Una de ellas es la de las descargas eléctricas por tormentas (una descarga no es sinónimo de rayo porque la descarga puede contener varios rayos, hasta nueve).

Rayos y truenos

En estos tres meses estivales la AEMET registró en Asturias casi veinte mil descargas, de las que trece mil tuvieron lugar en julio, el segundo mes con mayor número de descargas en la serie histórica desde el año 2000. Atención al 15 de julio, un día en que cayeron en Asturias un total de 3.623 descargas eléctricas.

El mapa regional de temperaturas indica que toda Asturias tuvo un verano muy cálido, salvo la franja del suroriente. En agosto, un mes en el que hubo calor en abundancia, tan solo se libran de la calificación de "muy cálido" tres pequeñas áreas geográficas, en torno a Pajares, Sobrescobio y la zona montañosa del extremo occidental asturiano.

Y en materia de precipitaciones, el verano fue muy húmedo en casi toda la zona central de la región, además de en un área costera pequeña, centrada en Colunga, y en otra zona del Occidente alrededor de Figueras, Vegadeo y Castropol. Todo el Occidente, desde El Franco a Somiedo, fue en agosto área "seca", y lo mismo sucede en la zona oriental de interior.

En todo el verano solo se registró un área con estadísticas "extremadamente húmedas". Es un triángulo entre Rales, Carreña de Cabrales y Llanes, durante el pasado mes de julio.

El otoño meteorológico comenzó el 1 de septiembre aunque el otoño astronómico lo hará pasado mañana, 23 de septiembre, a las 3 y 54 minutos de la madrugada, hora peninsular.