La organización conservacionista SEO/BirdLife ha solicitado al Defensor del Pueblo que medie para que las administraciones públicas y los propietarios de tendidos eléctricos cumplan la normativa sobre protección de avifauna y eviten la muerte por electrocución de 33.000 rapaces cada año.

SEO/BirdLife recuerda en una nota que el Real Decreto 1432/2008 obliga a las administraciones a declarar zonas de protección y a publicar un listado de tendidos muy peligrosos en esas áreas, con objeto de que los titulares de los tendidos pongan en marcha medidas correctoras.

Sólo Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, La Rioja, Navarra, País Vasco y Comunidad Valenciana han publicado hasta la fecha dichos listados, según la ONG, "pese a los diez años de vigencia de la norma", y Asturias "es la única comunidad que ni siquiera ha definido las zonas de protección".

David de la Bodega, responsable del programa Legal de SEO/BirdLife, ha lamentado que "se detecta una tímida actividad administrativa frente a la responsabilidad de los propietarios de los tendidos".

Según el Libro Rojo de las Aves de España, la electrocución es una de las principales amenazas para 24 especies de aves, entre las que se encuentran algunas en peligro de extinción, como el águila imperial ibérica, el águila-azor perdicera o el milano real.

Además, según un informe del Ministerio de Transición Ecológica (MITECO), los tendidos eléctricos causan la muerte de al menos 33.000 aves rapaces al año, lo que genera un coste económico de alrededor de 141 millones de euros.

Se estima que la mortalidad detectada por electrocución en tendidos eléctricos corresponde al 15 por ciento de la real, ya que muchas muertes no son contabilizadas por ausencia de muestreos y en otras ocasiones la acción de carnívoros hace desaparecer los cadáveres.

Según Nicolás López, responsable del Programa de Especies Amenazadas de SEO/BirdLife, "en los últimos 15 años se estima que en España han muerto electrocutadas más de 200 águilas perdiceras y más de 120 águilas imperiales, una situación insostenible que pone en jaque todos los esfuerzos por recuperar y estabilizar la población de algunas especies amenazadas".

La ONG añade en el comunicado que a este tipo de mortalidad hay que añadir la causada por colisión, que afecta a 8 aves por kilómetro de tendido al mes.

En este sentido, David de la Bodega ha subrayado que en un tendido de unos 60 kilómetros de longitud media "podrían morir potencialmente más de 5.800 aves al año si la línea no cuenta con medidas adecuadas frente a la colisión"