Hace más de veinte siglos, el Imperio Romano dominaba Hispania y buena parte del mundo conocido. Y de su mano, llegaron el latín y el derecho romano, que se convirtieron en la base del actual idioma español y de nuestro sistema jurídico. De hecho, aún sobreviven en el lenguaje jurídico expresiones latinas como "habeas corpus" o "sub iudice", entre otras.

Hoy, dos mil años después y caído el Imperio Romano, su sucesor, el "imperio" de los Estados Unidos es el que marca la reglas, entre ellas las jurídicas, y para ello utiliza nuevas expresiones en su idioma jurídico y legislativo que se les escapan a muchos hispanohablantes de fuera y dentro de Estados Unidos.

Para paliar esta carencia, el jurista asturiano Javier Junceda Moreno, Miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y colaborador habitual de los medios de Prensa Ibérica, presentó ayer en Madrid el "Glosario Jurídico Hispanounidense", un proyecto dirigido tanto a los profesionales del derecho que en su labor tienen que tratar con el sistema judicial norteamericano, como a los hispanohablantes que se relacionan con él, "sobre todo cuando se trata de un inglés tan rudo como el que se habla en Estados Unidos". El director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), Gerardo Piña-Rosales, sugirió a Junceda la confección del libro y éste se animó a escribirlo porque "estaba preocupado porque muchos hispanos no sabían qué hacer cuando recibían notificaciones judiciales porque no las entendían. Hacía falta una guía útil, que huyera del cultismo para ayudar a estas personas". Durante la presentación de ayer, el abogado ovetense recordó cómo tuvo que redoblar sus esfuerzos cuando se enteró en la Universidad de Oregón de que "muchos presos hispanos estaban más tiempo en prisión del que marcaban sus condenas porque no sabían rellenar bien los papeles y cuestionarios. Era una trágica pena por ignorancia legal e idiomática que me sirvió de acicate para continuar trabajando".

Según el término acuñado por el presidente de la ANLE, Gerardo Piña-Rosales, en Estados Unidos viven sesenta millones de "hispanounidenses", personas de origen hispano y nacionalidad estadounidense, hablen o no castellano. Además de este glosario, la ANLE pretende editar otros para campos como la Medicina o la Física y recortar terreno al spanglish, híbrido de español e inglés.

Para Junceda, el glosario responde a una doble utilidad. En primer lugar, para el abogado español que quiera entender la terminología legal norteamericana a partir del derecho español y también para hispanos que viven en Estados Unidos. Y es que existen términos en inglés similares fonéticamente a otros castellanos pero que significan algo completamente diferente, como pueden ser "diversion", que en el sistema norteamericano es una condena penal, "battery", que no hace referencia a una pila, sino a una agresión, o "Bifurcacion", que no es un cruce de caminos, sino una pieza separada en un proceso.

El "Glosario Jurídico Hispanonidense", editado por Thomson Reuters Aranzadi, introduce unas 800 figuras jurídicas y judiciales norteamericanas, con su contenido y alcance en castellano, y Junceda confía en ir ampliando en reediciones. El libro está patrocinado por el Consejo General de la Abogacía y la Universidad Internacional de La Rioja.