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La mayoría de los campos de fútbol asturianos incumple la normativa de la Federación

El Reglamento Orgánico de la Territorial establece una distancia de dos metros y medio con las vallas laterales y cuatro con las de los fondos

Gabriel García, presidente del Navia, cabizbajo ante el muro del campo de El Pardo, contra el que se golpeó José Roberto Suárez Ovalle. IRMA COLLÍN

Si se cumpliese a rajatabla el Reglamento Orgánico de la Federación Asturiana de Fútbol en lo referente a las instalaciones habría que suspender la mayoría de los 625 partidos programados, incluyendo el fútbol sala, cada fin de semana, 18.000 durante toda la temporada. Aunque no hay datos oficiales, los dirigentes federativos reconocen que muy pocos campos cumplen con la distancia mínima entre los límites del terreno de juego y las vallas: dos metros y medio en los laterales y cuatro en los fondos. El incumplimiento de la reglamentación es la norma en Asturias, incluso en las instalaciones más modernas.

El Reglamento Orgánico de la Real Federación de Fútbol del Principado de Asturias, en su libro IX, título V, artículo 194 a), recoge los requisitos que deben de cumplir los campos en los que se jueguen partidos oficiales: entre la línea y la valla de separación del público tiene que haber una distancia de dos metros y medio en los laterales y cuatro metros con la línea de fondo. La normativa no especifica nada sobre las características de los cierres en cuanto a la altura o los materiales a emplear.

La muerte del jugador juvenil José Roberto Suárez Ovalle provocó tanto pesar como preocupación entre por los responsables federativos por las consecuencias que pudiera traer para el normal desarrollo de las competiciones. Todos los consultados por LA NUEVA ESPAÑA, que reclamaron el anonimato, son conscientes de que prácticamente ningún club cumple la normativa en cuanto a las instalaciones. Y recalcan la imposibilidad de adaptarlo a lo establecido por la precariedad económica de los equipos y de los ayuntamientos que, en la mayoría de los casos, son los titulares de las instalaciones.

Un exárbitro aseguró ayer que el cierre del campo de El Pardo, de hormigón, está exactamente igual que hace cuarenta años, cuando dirigía partidos. Pero que el problema no se limita a las instalaciones más antiguas. Los cierres de los campos de reciente construcción suelen ser metálicos o plásticos, pero las distancias entre los límites del terreno de juego y las vallas no se corresponden con el reglamento federativo.

En los archivos de la federación asturiana, una entidad con más de cien años de historia, no consta ninguna muerte por el impacto de un deportista con el cierre del campo. Sin embargo, los habituales en los partidos del fútbol de base de Asturias son conscientes del peligro que supone la cercanía de los muros para los jugadores. Una preocupación expresada muchas veces por los padres de los más jóvenes.

Uno de ellos, que prefiere no identificarse, aseguró a nuestro periódico que más de una vez, a la vista de las condiciones del campo, le ha pedido a su hijo que tomara precauciones cuando se moviera cerca de los límites del terreno de juego. Y añade que en el fútbol modesto no tienen ningun sentido la existencia de los muros de hormigón o las vallas metálicas porque no impedirían una hipotética invasión del terreno de juego. Y, en el caso de que fuera preciso para sostener los paneles de publicidad, propone unos plásticos acolchados que amortiguarían el golpe.

Según fuentes de la federación asturiana, todos los campos deben de tener algún tipo de delimitación, sin especificar el tipo de cierre en la reglamentación, porque en caso contrario los espectadores acabarían entrando en el terreno de juego. Sobre los revestimientos acolchados, los propietarios de los campos se encontarían con el mismo inconveniente: su alto precio. Es un problema que afecta a todas las territoriales en el fútbol español y en la Asturiana sólo les consta dos campos que cuentan con este tipo de protección, situados en la Ciudad Deportiva del Atlético de Madrid, y vinculados a un acuerdo publicitario con una empresa que se hace cargo del coste de los revestimientos.

El director general de Deporte del Principado, José Ramón Tuero, aseguró que tiene previsto mantener próximamente una reunión con el presidente de la Federación Asturiana de Fútbol, Maximino Martínez, para buscar soluciones. "Hay que darle una vuelta a la seguridad en los campos de fútbol", señaló Tuero tras una conversación con Juan Pantiga, investigador del centro de Thyssenkrupp en Gijón, que se comprometió a estudiar y presentar una propuesta. José Ramón Tuero añadió que la Dirección General de Deporte no puede fiscalizar el reglamento de las federaciones porque son entidades privadas y que él sólo es competente para regular aspectos económicos o relativos a la disciplina deportiva.

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