José Roberto Suárez Ovalle, de 18 años, luchó denodadamente por vivir, pero las lesiones que presentaba en el cráneo eran irreversibles. Hace hoy justo dos semanas, el sábado 15 de septiembre, este joven defensa del Navia CF jugaba en casa contra el Marino de Cudillero en un partido de la categoría juvenil cuando ocurrió lo impensable. Uno de los atacantes movía el balón por la línea de fondo del campo local. "Venga, 'Muro' -así le llamaban en el equipo, por su extraordinaria fuerza física-, que llegas", le gritaron. El jugador se lanzó a toda velocidad para cortar al atacante, pero al contactar con él se descompensó y salió disparado contra un murete que cierra del campo. El impacto fue brutal. Suárez Ovalle quedó semiinconsciente tras golpearse la cabeza por la parte derecha. Fue trasladado al Hospital de Jarrio y luego al HUCA, donde le diagnosticaron una fractura occipital y otra parietal, así como una hemorragia subdural.

Allí permaneció trece días, hasta que a las once de la noche de anteayer jueves falleció. La noticia corrió como la pólvora por Navia, que se levantó de luto por el segundo jugador juvenil que pierde en el plazo de siete meses. El anterior había sido Alberto Blanco Pérez, de 16 años y vecino de Villapedre, murió en febrero al chocar con su moto contra un tractor que conducía un amigo. Demasiado dolor para este equipo centenario.

Y eso que, durante varios días, se había pensado que José Roberto sobreviviría. Inicialmente permaneció estable en el HUCA. El domingo 16, empeoró, y perdió la consciencia. El pasado miércoles, tras ser operado de urgencia para aliviarle el coágulo, pareció mejorar. Incluso movió las manos y pidió un café a su madre Pilar. Sus padres, su hermana y la gran familia del Navia CF estaban llenos de esperanza, pero todo quedó truncado el jueves, cuando volvió a empeorar y murió.

"El miércoles le pidió un café a la madre y ahora esto", aseguraba entre lágrimas el presidente del Navia, Gabriel García, "Chapri", totalmente derrumbado. "No sé cómo vamos a sobreponernos a esto, en siete meses hemos perdido a dos jugadores extraordinarios. Primero Alberto, en un accidente de moto, y ahora Roberto, al que conozco desde que tenía tres años", añadió. García no veía de qué forma podía salir adelante el equipo. "Hemos pensado incluso en el apoyo de psicólogos. No sé cómo van a poder entrenar y jugar el próximo partido", indicó este hombre, que se confesó muy unido a la familia. "Pili (la madre) fue ese sábado hasta Trasona (Corvera) para recoger a su hija Noelia, que estaba haciendo remo, y luego pasó por casa de sus padres en Avilés, donde estaba José Roberto, y luego los trajo hasta aquí. ¿Para qué?", se lamentaba. "Dan ganas de dejar el fútbol. Ahora tendremos que colgar otra camiseta de un jugador fallecido en las instalaciones del club", aseguró. Y es que en el bar ya cuelgan dos de Alberto Blanco, firmada una de ellas por sus compañeros, incluido el fallecido el jueves, José Roberto.

En la mañana de ayer, el cadáver del joven fallecido fue conducido al Instituto de Medicina Legal de Oviedo para practicarle la autopsia. Posteriormente sería trasladado, ya a las cuatro de la tarde, al tanatorio de Jarrio, donde esperaban decenas de personas, en un silencio sepulcral. A las seis, los jugadores del equipo juvenil fueron convocados al campo de fútbol donde se registró la tragedia. Su intención era reunirse para darse fuerzas y salir posteriormente al tanatorio para apoyar con su presencia a la familia. "No creo que haya una persona en Navia que diga algo malo de él", aseguraba a primera hora de la tarde un amigo suyo. Los jóvenes naviegos han sentido especialmente el fallecimiento del muchacho.

Los padres de José Roberto "están muy mal, es muy duro lo que está ocurriendo", acertó a decir Víctor Suárez, tío del joven fallecido, y hundido por el dolor. El funeral será a las doce y media del mediodía en la iglesia de Santa María de la Barca de Navia, y posteriormente será enterrado en el cementerio de Oneta.