- ¿El Cuerpo de la Guardia Civil sigue siendo un mundo de hombres?
-Yo diría que no. Creo que la Guardia Civil, en estos treinta años desde la incorporación de las mujeres al Cuerpo, ha vivido un cambio sustancial. Hoy ya nadie se fija en si debajo del uniforme hay un hombre o una mujer.
Olga Torralbo Gómez. Cuarenta y cinco años y natural de Tortosa, Tarragona. Es la mujer con mayor rango dentro de la Guardia Civil en Asturias; capitán en la Comandancia de Oviedo. Madre de tres hijos, mujer de orden, de ojazos azules y con vocación de servicio, de las que mantiene intacta la ilusión con la que ingresó, con 19 años y nada más terminar el antiguo COU, en la academia de formación, la Escala de Cabos de la Guardia Civil. Creció en un cuartel, pero un reportaje de "Informe Semanal" en el que las primeras mujeres guardias civiles entraban en su despacho afianzó su vocación. Torralbo quería sentir lo mismo que ellas y lo consiguió.
- Es usted la mujer con mayor rango dentro de la Guardia Civil en Asturias.
-Así es, aunque yo tengo el rango de capitán ahora me dedico a la psicología dentro de la Guardia Civil. Me tomé una excedencia de tres años cuando a mi marido (también guardia civil) le destinaron a Canarias y decidí estudiar. Era muy joven. Saqué la carrera y luego pude dirigir por ahí mi futuro profesional dentro de la Guardia Civil. Ahora trabajo en tres ámbitos; en la psicología clínica, en el ámbito educativo y en el organizacional. Participo en procesos de selección de personal, de promoción interna o de especialización.
- ¿Por qué sólo una mujer capitán en Asturias?
-Pues porque no ha dado tiempo a más siguiendo los pasos lógicos de los ascensos. La primera mujer nombrada teniente fue en el año 1998.
- Y usted, ¿nunca ha sentido o ha sufrido algún comportamiento machista? Hace años, cuando ingresó, las cosas eran muy distintas.
-Cuando ingresé, hace ya 26 años, había gente a la que le extrañaba, y con 20 años me apartaron de un servicio porque lo consideraban peligroso para mí. Pero esto se ha ido solventando con el paso natural de los años y ofreciendo siempre, por mi parte, autoconfianza, seguridad y profesionalidad. Así es como hay que responder en caso de que se dé un caso así, y entonces si contestas y transmites profesionalidad eso se hace realidad.
- Entonces la mentalidad ha cambiado.
-Sí, ese cambio de mentalidad ha sido cuestión de tiempo y sinceramente creo que a estas alturas ya nadie repara en el género.
- Madre de tres hijos. ¿Ha podido conciliar su vida laboral con la profesional sin problemas?
-Bueno aquí ya entramos en un tema más complicado. La mujer ha salido de casa, pero el hombre todavía no ha entrado, y como tengo tres hijos sé de lo que hablo. Pero no he tenido ninguna dificultad añadida por ser guardia civil, supongo que he tenido los mismos problemas a los que se enfrenta cualquier mujer trabajadora con tres hijos en su casa.
- ¿Animaría a una chica a estudiar y formarse como guardia civil?
-Claro, siempre que tenga vocación de servicio, y porque al margen de ser un trabajo donde uno puede ayudar a mucha gente contribuimos a una sociedad mejor.
- Hay que reconocer que muchos vemos en ustedes la amenaza de una multa. ¿En qué tenemos que avanzar como sociedad respecto a la imagen que tenemos de ustedes?
-Es importante darse cuenta de que toda comunidad necesita unas reglas para funcionar, de lo contrario está abocada al caos. Nosotros somos quienes velamos por el cumplimiento de la normativa legal y garantizamos así la seguridad de los ciudadanos.
- Capitán desde 2011. ¿Seguirá ascendiendo?
-Sí, mi próximo ascenso profesional será a comandante. Siempre digo que la Guardia Civil es un lugar donde si tienes vocación de servicio vas a poder desarrollar una carrera profesional dirigida hacia donde estén tus inquietudes. Es un espacio donde se puede crecer y ascender y eso es muy gratificante.
- La Reina Letizia dice que quiere más mujeres guardias civiles.
-Las habrá. Siempre es un orgullo sentirse reconocida y que se tenga en cuenta que es necesaria la incorporación de la mujer a la Guardia Civil. En muchos ámbitos hemos llegado a complementar las labores que antes hacían nuestros compañeros, y que por una cuestión de género podemos desarrollar con más empatía, como en los casos de violencia de género.
- Hemos visto a compañeras suyas denunciando discriminación en sus puestos y en la indumentaria, como en los chalecos.
-Yo sólo puedo decir que yo nunca me he sentido tratada de forma diferente por ser mujer, salvo al principio. Si ocurren casos así hay que responder con profesionalidad y nunca optar por cambiar de destino. Del caso del chaleco no conozco los detalles, la verdad. Las próximas generaciones ya no hablarán de esto.
