"Es un orgullo tener el premio que llevaré en nombre de todas las mujeres del medio rural", señaló ayer Isabel Álvarez Rodríguez, emprendedora de San Antolín de Ibias, que recibió el I Premio "Mujer rural" 2018; galardón convocado por la Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader). El acto tuvo lugar en el Centro Cultural Tito Fernández de San Esteban de Pravia (Muros de Nalón) y contó con la presencia de la delegada del Gobierno, Delia Losa; la consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, y varios alcaldes asturianos, como Carmen Arango, alcaldesa de Muros y Belarmino Fernández, alcalde de Somiedo y presidente de la red Reader.

"Queda mucho por mejorar en el medio rural y las mujeres lo tenemos más difícil", añadió la galardonada. Isabel Álvarez vive y trabaja en San Antolín de Ibias, donde es propietaria de Casa Eiroa, un complejo formado por un bar restaurante, un comercio de proximidad, una pensión y un matadero.

El jurado que le concedió el premio, además de su actividad empresarial, valoró "su amor y respeto por la tradición popular, así como su vocación y compromiso con el territorio en el que vive y sus gentes". El premio consistió en una escultura del artista asturiano Kiko Urrusti.

Ana Paz Paredes, periodista de LA NUEVA ESPAÑA y buena conocedora del mundo rural, participó en el acto de ayer en San Esteban de Pravia, donde impartió la conferencia "Mujeres rurales: Una historia, mil historias". Además de destacar la historia de doce mujeres de las áreas rurales asturianas, en su intervención Paredes reclamó mejoras para vivir y trabajar en los pueblos.

"Las zonas rurales necesitan una buena conexión a internet para que la gente pueda vivir y trabajar, un trabajo que no necesariamente tenga que ver con la agricultura y la ganadería, aunque también", señaló la periodista.

"Los residentes en el medio rural también demandan más servicios para los niños, y es irrenunciable que todos los pueblos tengan transporte escolar. Las actividades culturales para adultos, que no ha en las zonas rurales, las demandan sus habitantes. Sin olvidar otras necesidades como mejores accesos e infraestructuras en general", manifestó Ana Paz Paredes.

El acto contó con la actuación del Grupo de Técnica Vocal de la Escuela Municipal Miguel Barrosa de Carreño y concluyó con un aperitivo en el exterior del centro cultural que lleva el nombre del cineasta Tito Fernández, natural de la localidad. Desde 1910 en que se construyó y hasta hace poco más de una década fue una iglesia.