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Apuntes De Mecánica Política

Candidatos a la expectativa

Los partidos afrontan la elaboración de listas con tensiones locales y diferencias con la dirección regional para unas elecciones en las que se juegan algunos liderazgos

Candidatos a la expectativa

La principal tarea a la que se encomendarán los partidos asturianos en este otoño será la de conformar las candidaturas municipales y autonómicas. Se trata de un proceso que siempre ocasiona tensiones internas, máxime ante la expectativa de unos comicios que deberán afianzar nuevos liderazgos (o cuestionar otros) y ante los que las formaciones políticas poseen unas variadas expectativas.

Los socialistas de Adrián Barbón han puesto prácticamente el piloto automático en la designación de candidatos. Con el sector crítico disuelto y en desaparición, los antiguos sanchistas se han adueñado del PSOE asturiano, han sellado la paz en Avilés arropando a Mariví Monteserín como opción a la Alcaldía (los avilesinos fueron el núcleo resistente más consolidado como territorio), y han sacudido a la agrupación gijonesa con la opción de Ana González, con la que han calibrado mal el efecto de su lugar de residencia. La nueva dirección socialista no va a plegarse en imponer su mayoría allá donde sea menester. Y no dudará tampoco en hacerlo en la composición de la candidatura autonómica; ya son muchos los diputados y diputadas que se palpan la ropa. De hecho no era descartable hace meses una hipotética reorganización de funciones en el grupo parlamentario para hacer más visibles a "aquellos diputados que han sabido integrarse en las nuevas dinámicas del partido".

Es en el PP donde las decisiones finales podrán resultar más clarificadoras. El enfrentamiento abierto entre la dirección regional de Mercedes Fernández y la local de Oviedo, que controla Agustín Iglesias Caunedo, difícilmente podrá resolverse de un modo pacífico. El PP regional ya tiene puestos los ojos en un cabeza de lista (el guiño a Cristina Coto fue más una travesura de Mercedes Fernández que un planteamiento formal), después de que se hayan explorado las vías de Susana López Ares y José Agustín Cuervas-Mons.

La opción de Gijón

Pero los populares de Oviedo querrán hacer valer su voz a la hora de designar cartel, lo que aboca a un enfrentamiento que sólo podrá resolver de manera firme, y rompiendo algún plato, Pablo Casado. No lo tienen despejado tampoco en Gijón. La opción de Mariano Marín era la preferida por la dirección del partido, aunque también sobre la mesa ha estado el nombre del portavoz municipal Pablo González. Pero quizás surja una tercera apuesta. Gijón resulta muy relevante para los populares, no solo como saco de votos, sino en imagen. Una vez que Carmen Moriyón compite por la presidencia autonómica en la lista de Foro, los populares confían en recuperar allí votos en el centro derecha. Tampoco hay dudas, en principio, de que Mercedes Fernández será la candidata regional, aunque de producirse una alternativa inesperada (y que tendría que ser negociada entre Casado y la propia Fernández) habría de ser sin castigo. Mercedes Fernández se ha esmerado las últimas semanas en apuntalar su relación con Casado, poco dispuesto a revolucionar el partido en Asturias habiendo otras plazas más relevantes.

Los podemistas han abierto esta misma semana sus procesos internos. Quizás lo más significativo sean las candidaturas de coalición con Izquierda Unida en Langreo y Avilés. En el ámbito autonómico, la sorpresiva salida de Emilio León establece cierta incertidumbre. Parece lógico creer que habrá dos (o más) candidaturas en las primarias autonómicas, aunque la corriente afín a la CSI parece haber dejado claro que es quien controla no solo la organización sino sus estrategias políticas futuras. Son varias las voces internas que reclaman que Podemos abandone algunos planteamientos maximalistas que condujeron a un bloqueo y falta de entendimiento con el PSOE. Esa estrategia seguramente sería menos fácil de justificar a partir de 2019, con un PSOE renovado y una proporción de fuerzas distintas.

Ciudadanos en Oviedo

Donde sí comienza a asentarse la agitación es en Ciudadanos. El partido naranja tiene muy marcadas desde Madrid las órdenes de evitar cualquier especulación hasta enero. Pero en algunos territorios, en especial en Oviedo, se producen decisiones unilaterales e incluso se buscan fichajes y ofrecen lugares en las listas. Las diferencias entre las direcciones locales y regional han sido continuas, aunque sin una tensión aparente, siguiendo un poco un esquema ya antiguo de familias que se fraguó en el nacimiento de Ciudadanos y la absorción de gran parte de UPyD. Ignacio Prendes sigue contando con el beneplácito de Rivera, y cualquier decisión sobre las candidaturas deberá contrar con su aprobación. Se sopesa buscar un candidato autonómico distinto que permita a Prendes mantener la plaza de la vicepresidencia primera de Congreso. El mensaje lanzado desde la dirección nacional es claro respecto a los movimientos previos: quien se vea ya de candidato tendrá menos posibilidades de serlo. Y el malestar con algunas estrategias en Oviedo es creciente.

IU, entre dos actores

Izquierda Unida sigue fiel a su esencia: cuanto más atomizada, más confrontación. El debate sobre quién será el candidato tiene dos actores principales: Gaspar Llamazares y Ramón Argüelles. El primero, concita tanto respeto como valor electoral por una parte del partido, como rechazo despierta en otra. El entorno de Argüelles considera que como coordinador debería ser él el candidato a la presidencia. Pero también la corriente menos dada a los experimentos con Podemos podría presentar otra alternativa en las primarias (uno de los nombres que ha sonado es el de la eurodiputada Ángela Vallina). El ala más próxima a las tesis de Alberto Garzón dará algún paso para marcar su territorio. El juego de alianzas será el que determine quién encabeza la lista.

En Foro Asturias, despejado el camino de Moriyón, las candidaturas locales serán las previstas allá donde hay fortaleza, aunque los foristas puedan tener problemas para presentarse en algunos territorios. Queda por despejar la incógnita de si se abrirá la puerta a alianzas locales con el PP o, por el contrario, la disputa entre ambos partidos por los votos se llevará a cabo en todas partes.

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